De acuerdo, he estado perdido, pero eso no le importa a mucha gente, ¿O sí? Bueno, dejando de lado que hemos vuelto a este espacio después de un largo rato, hoy les traigo una reseña/comentario sobre cierta película que está circulando por el gigante del streaming.
Y esa es #Vivo, o por su nombre en inglés #Alive, y ni crean que se los escribiré en coreano.
Antes de seguir, debo avisar que este artículo tendrá spoilers, lo siento, no puedo escribir cómo se debe de la obra sin tocar abiertamente lo que vi. Así que, si todavía no la has visto, deja esto y ve a verla, ahora, si ya la viste, te invito a que escribas abajo lo que pensaste y compartas esto con todos tus amigos.
Una vez dejando en claro eso, ¡Comencemos!
La Experiencia
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Está bien, creo que en este punto ya no hace falta hablar de qué son los zombies, qué carajos hacen y cómo arruinan todo lugar al que van o en donde aparecen. Sin embargo, lo que si considero necesario mencionar, es su origen.
Tranquilos, tranquilos, que esto no va sobre historia. Me refiero al hecho de que en muchas películas, libros, videojuegos o series, los zombies tienen un origen muy distinto. En algunas historias aparecen como acto de un ritual vudú, en otras como el resultado de una «enfermedad» provocada por un virus, en otras como la consecuencia directa de nuestro golpe al ambiente y el cambio climático. El punto es, que de versión a versión, y dependiendo de lo que te quieran contar, el origen de los zombies va a variar bastante. Nada está escrito, por lo cual, su origen puede ser cualquiera.
Y de eso quiero engancharme para hablar de esto.
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Al arrancar la película, nos encontramos con un chico normal en una ciudad urbana normal, pero en Asia. Por los títulos y los caracteres que aparecen en lo que escribe, podemos darnos cuenta de que es coreano. La tecnología nos dice que es actual. Ya nos acomodaron en tiempo y espacio sin decirnos nada, de nuevo, muestra, no cuentes.
El tipo se despierta y se da cuenta de que está solo en casa, su familia salió y es hora del relajo, y lo digo así, porque el tipo no tiene intereses amorosos, lo suyo son los videojuegos, los cómics y demás. Es un adolescente pre adulto que vive en un área urbanizada. Y todo va bien, al parecer, hasta que el chico ve por la ventana cómo la gente de los otros complejos de apartamentos, comienzan a comerse unos a otros y todo antes del desayuno.
Algo en lo que todas las películas de este género nos han mal acostumbrado, es el hecho de que necesitamos saber un por qué. ¿Por qué hay zombies? ¿Qué los convirtió en eso? ¿Por qué el mundo se está yendo al carajo por ello? Y digo mal acostumbrado, porque esas películas que se centraron en darle una razón de ser a los zombies, desde las cosas más simples como un ritual vudú, hasta las más complejas como una infección por el Cordyceps (The Last of Us); nos dejaron con eso como regla. Ahora no podemos ver una película de este género sin llegarnos a preguntar ¿Qué y por qué?
¿Pero por qué lo considero una mala costumbre? Porque si nos ponemos serios, este tipo de historias tratan sobre el fin del mundo, no comenzaron así, pero por algo se empieza. Y lo curioso del fin del mundo, al igual que cualquier otra catástrofe, es que, cuando está ocurriendo, a nadie se le ocurren esas cosas de ¿Qué y por qué? En medio del caos, lo único que piensas es correr y sobrevivir.
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Eso me pareció un gran acierto de la película. Claro, no es la primera que lo hacen así, y si nos salimos del género de zombies, hay muchas películas sobre catástrofes que tienen esa manera de contarse. Ocurre un desastre, nadie sabe qué está pasando y todos intentan sobrevivir, y allá, casi a la hora u hora y media de la cinta, nos damos cuenta, a medias, de por qué está ocurriendo todo eso, y lo único que te causa es suspenso e ira, porque como estamos mal acostumbrados, pensamos que deberíamos saber qué está causando tal desastre. Como si en medio de cada caos alguien diga por qué están ocurriendo las cosas.
Por lo cuál, esta película me parece buena en ese sentido, porque la hace más humana. En todo el metraje, nunca se nos dice qué causó tal incidente, solo vemos que en las noticias hablan de una infección, y su razón tienen, pero eso no te dice nada en realidad, solo estamos ahí, con el coreano, intentando ver en qué momento llegan a su piso y se lo comen también.
Y esa parte es otro acierto de la cinta. El manejo del suspenso mediante una idea que se queda en tu mente, como ese mensaje de tu pareja que te dice que tienen que hablar. Suspenso.
La película sienta sus propias bases y también sus propias reglas y hace lo que le venga en gana gracias a ellas. Y mientras a nosotros se nos ocurre que el chico podría salir de ahí a pedir ayuda, la historia nos restriega en la cara que eso no será posible, porque al igual que él, nosotros somos unas personas miedosas que nos quedaremos en nuestra casa esperando a que alguien llegue a brindarnos la ayuda que necesitamos. Esto me suena de algo, creo que de lo que está pasando, pero ahí la cosa es distinta, nadie intenta comerse a otro.
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Entonces, tenemos el suspenso mediante una idea constante. Tenemos lo humanista mediante lo que haríamos verdaderamente ante una situación así. Y también tenemos el manejo de los tiempos. ¿A qué me refiero con esto? Bueno, la historia avanza tranquilamente y se detiene donde debe hacerlo y se acelera cuando es debido. No se deja cosas bajo la manga o en el tintero, juega con el espectador al darnos momentos en los que pensaríamos que eso fue muy idiota de parte de los protagonistas, porque sabemos que nosotros lo haríamos también. Sí, cuando pensamos que alguien hizo algo idiota, es porque se nos cruzó por la mente hacerlo.
Y ahí la historia acierta también. Toma elementos cotidianos y los usa a su favor para ir construyendo su trama.
¿Y la película tiene algo malo? Estoy seguro que eso ronda por sus mentes en estos momentos, porque nada es perfecto, y la verdad es que tienen razón. La película tiene unas cuantas cosas malas, o quizás no malas, sino un tanto extrañas. No estoy seguro de si alguien actuaría así en esas circunstancias, nada está escrito y lo más cercano que tenemos a una situación «realista» de un hecho así, tiene que ver con lo que vivimos en este 2020, y no se le acerca ni en lo más mínimo.
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¿Qué tengo que decir de la película en este punto? Pues, que es buena. Me parece disfrutable y, los tropos de los que va tirando, me parecen acertados, especialmente ese en donde no explica el origen de su desastre. Es como explicó J. J. Abrams cuando lanzó Cloverfield, nadie sabe lo que está pasando en medio del desastre, solo quieres salvar tu vida. Y aquí se deja muy en claro en eso.
¿Es emotiva? Sí, tiene sus momentos emotivos. Realmente te hace sentir la tensión, pero hasta ahí, porque los momentos tristes no llegan al punto de hacerte sentir pena por los protagonistas, solo te causa una tristeza ligera que se acaba tan pronto aparece otro problema, lo que te indica que no hay momento para las tristezas, como diría Thanos. Lo que la hace una buena película, te mantiene interesado.
¿Y qué hay de su resolución? Pues, me pareció un final regular. Te lo esperabas, en el contexto general, pero en el contexto individual, sí, sentí ese momento en donde ya no la contarían, pero como en toda historia, ¿Qué sentido tiene seguir a alguien durante dos horas solo para que se muera? No hay razón. Es «predecible», pero satisfactorio. Un final regular.
Conclusión
Sin mucho qué decir. Creo que la película es una buena manera de pasar la tarde o la noche. Quizás algo para ver entre amigos o con la familia. Es disfrutable, amena y tranquila y deja un buen sabor de boca, como casi todas las películas que han sacado los coreanos respecto al tema. Algo de lo que, si me permiten, hablaré más adelante.
En lo personal, la película me gustó, y mucho, más de lo que esperaba, pero tampoco es la gran cosa. Pero se lleva su buen puntaje.
Nota: 8.5/10
Y, bueno, eso es todo por ahora, amigos. Realmente me habría gustado hablar más, pero es que los tiempos en mi vida han estado un tanto complicados, espero disculpen eso, mis tres lectores.
De nuevo, espero le den Like, comenten y compartan con sus amigos para hacer crecer este espacio.
Por mí parte, me despido de ustedes. Les deseo una hermosa semana y, en palabras del vago de la esquina, el cual me lo encontré la otra vez cerca del mar: «Todos somos medios raros. Algunos simplemente somos mejores escondiéndolo.»