Esta vida está llena de recuerdos, recuerdos que molan, recuerdos que entristecen, recuerdos que te hacen llorar y otros que te hacen reír, como esa melodía melancólica que escuchas cuando estás solo, porque tu mente te lo pide, te pide ese instante de trance en el que te pones reflexivo, pensativo, armónico, y analizas tu vida desde otra perspectiva, una completamente distinta y congruente, coherente con los ojos de la gente, esos que te ven y ven algo distinto en ti, ven algo que tú no puedes ver, porque no tienes su mente ni sus ojos, porque solo te piensas a través de los tuyos y no de los demás, algo así como una especie de realidad alterna, una que solo a ti tocó vivir y que nadie más podrá experimentar, algo como los recuerdos…
De acuerdo, de primas a primeras, hablar de películas como yo lo suelo hacer, no es algo sencillo ni fácil, puesto que no analizo aspectos técnicos como lo haría cualquier director de cine, ni tampoco aspectos a nivel historia ni trama como lo haría cualquier crítico, porque eso no es lo mío, esa no es mi base, porque mi base son los sentimientos, y si una película te hace sentir algo, lo que buscaba hacerte sentir, supongo que ella ha ganado, por mucho que tú le des una muy baja puntuación, por mucho que tú critiques su apariencia sin conocer lo que lleva por dentro, ella ha ganado.
Vale, que tampoco estoy diciendo que todas las películas son obras maestras en sí mismas, que tampoco voy a ganarme haters a diestra y siniestra solo por un comentario mal entendido, que lo único que estoy diciendo y defendiendo es el contexto al cual me quiero adherir para escribir este artículo que, si bien no tiene pinta de artículo, más bien de pensamiento o comentario, intenta decir algo que no puede decir nadie, porque lo que yo piense, solo puedo decirlo yo, como lo que dijo Bryan al inicio y al final de la película, y como lo retratan en la discusión en el clímax de la historia.
La gente solo nos ve como quiere vernos…
Parece hasta mortificante esa frase, lapidaria, atemorizante y, quizás, hasta realista. Y es que, en un mundo dominado por las apariencias, por más que trates de destacar en lo que quieres y que quieras que la gente te conozcas por cómo eres y quién quieres ser, al final, muy a nuestro pesar, llegarán a conocerte por cómo te ven, porque esta sociedad se encarga de que eso sea así de simple. Con esto no estoy haciéndome ver como el gran filósofo de este siglo que dice algo que todo mundo sabe, porque estoy seguro de que ya me ven así, bueno, ven que pretendo ser así, pero eso no es tal cual, ¿A que todos alguna vez nos hemos visto como el ejemplo perfecto de algo dudoso? Como si fuéramos los sabios sobre X o Y tema.
Es ahí donde entra Bender con su disparatada, peculiar, atroz y criminal forma de ser. De momento, cuando lo ves llegar, a tu mente solo viene “Pero qué interesante y trillado espécimen tenemos aquí” y es que, a primera vista, Bender es la encarnación del chico malo, ese que anda circulando en las historias de cierta página famosa de lectura, y en todos los niveles lo es, pero, ¿en qué momento te interesas por el chico malo y quieres saber un antes y un después desde que lo miras? Creo que en ninguno y creo que no me estoy dando a explicar con esto.
Quiero decir, ¿en qué instante un chico malo deja de ser malo para el público y todo lo que hace adquiere sentido y tiene una razón de ser? Argumentos hay para derribar esta lógica, a la cual defenderé con el circunscrito hecho de la psicología, porque sí, Bender es una encarnación psicológica de nuestra sociedad, de nosotros mismos, de ese afán por juzgar la apariencia, pero interesarnos, al final, para obtener una sorpresa, y es que, si bien es cierto que es una actuación y que esto es una película, ¿cuántos chicos malos no andan por ahí escondiendo sus heridas y cerrando al mundo sus corazones porque las personas que debían protegerlos fueron las que más los dañaron? (Este buen argumento se me ocurre para otra película que deseo analizar más adelante)
Juzgamos y lapidamos sin pensar, pero, ¿y sí te dejaran un instante con esta persona? Y si te dejaran un rato con esas personas a las cuales etiquetas con una palabra ¿Qué pasaría? ¿Te interesarías por conocerlos o seguirías sosteniendo que son lo que son y que no pueden cambiar ni hacerte cambiar tu percepción acerca de ellos?
Esto no va de un sí ni de un no, porque no es un examen y tampoco una tarea, es reflexión, y es que, como sostenía al principio, y ahora que ha agarrado cuerpo y forma y una mente propia este pensamiento; esto va de lo que tú pienses y puedas decir y que eso no cambiará aunque los demás intenten hacerlo, porque así eres tú, ese eres tú y así serás tú, a menos que quieras abrirte al resto, porque después de todo, la gente solo nos ve como quiere vernos…
Mi recuerdo acerca de esta película está lleno de dos cosas: Sentimientos y Pensamientos.
Sentimientos como el amor, la amistad, el querer y el poder. Pensamientos como el ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Cómo me verá la gente?
Admito que la película no es una obra de diez, ni de cinco, tampoco es mala, a mí parecer es muy buena, a mí parecer… sin embargo, hay muchas cosas que te dejan pensando, te dejan creyendo algo, como, por ejemplo, ¿qué habría pasado el lunes en la escuela luego de ese castigo? ¿Seguirían siendo amigos o seguirían siendo lo que eran? Pero ¿Qué son? No lo sé, creo que me he explayado y perdido, creo, en este pensamiento acerca de lo que para mí significa esta película, pero es que la película está marcada por recuerdos, porque lo que recuerdo cuando la vi, no es lo mismo que vivo ahora que la vuelvo a ver, ni lo mismo que viviré cuando la mire una próxima vez, porque las cosas así son, las cosas así serán… una completa locura de recuerdos que molan, entristecen, que hacen reír y llorar, recuerdos que nadie más entenderá porque solo fue tu percepción de las cosas, porque la película va de eso, de ser una etiqueta, de ser una complejidad en la pequeña y sencilla etiqueta en la que te metan, porque, después de todo, todos somos unos fenómenos y una marca en sí mismos.
Al final, y luego de casi mil doscientas palabras, solo quiero agregar algo, y es que, a pesar de todo, a pesar de lo que diga, a pesar de lo que piense, ustedes los seguirán viendo como lo que ellos son, como un cerebro, un atleta, un caso clínico, una princesa y un criminal, sinceramente nuestros, el club de los cinco.
Película recomendada para el viernes por la noche, para cuando no tengas nada que ver.
Puntuación: 8/10