Llegará una época en la que una investigación diligente y prolongada sacará a la luz cosas que hoy están ocultas. La vida de una sola persona, aunque estuviera toda ella dedicada al cielo, sería insuficiente para investigar una materia tan vasta. Por lo tanto, este conocimiento sólo se podrá desarrollar a lo largo de sucesivas edades.
Llegará una época en la que nuestros descendientes se asombrarán de que ignoráramos cosas que, para ellos, son tan claras. Muchos son los descubrimientos reservados para las épocas futuras, cuando se haya borrado el recuerdo de nosotros. Nuestro universo sería una cosa limitada si no ofreciera a cada época algo que investigar. La naturaleza no revela todos sus misterios de una vez para siempre.
Séneca, Cuestiones Naturales. Libro 7, siglo primero.
Palabras de Introducción
Estamos de vuelta con otra reseña, siempre desde mi manera de contar las cosas, digamos, otro café con sabor a historias. Quiero decir que, cada vez que comienzo estos temas, comienzo sin un guion en específico. Realmente solo me siento frente a la computadora, con las ideas en mi cabeza, y una a una, van tomando forma. No estoy seguro de si alguna vez pueda escribir un libro sobre alguna investigación o un tema real, lleva mucho trabajo documental detrás, y todo debe estar bien ordenado para no confundir al espectador.
Es, entre otras cosas, agotador. Sin embargo, este es un tema que me fascina, y esto es lo más cercano a un diario que he tenido en mi vida, o un pensadero, a lo Harry Potter. Aquí suelto lo que pienso sobre las historias que conozco, y ustedes son testigos de ello, silenciosos, pero sé que están ahí, como las trillones de galaxias con billones de estrellas en el universo. Testigos silenciosos de nuestra existencia en esta vastedad cósmica, observando, quizás, lo que hacemos.
Espero tener un sentido ante lo que estoy por escribir, y espero ustedes puedan encontrar ese sentido. Mi mente es caos, y estoy tratando de darle un orden a ese caos. Los griegos lo llamaban «Cosmos», que significa «orden», era lo contrario al «Caos», el desorden que imperaba en el universo hasta que lo estudiaron y comenzaron a darle un sentido. Tomen asiento, porque, para ser sincero, no sé cuánto nos llevará esto, pero espero que lo disfruten.
Primera Parte: La Observación de Los Cielos
Astronomía Pretelescópica
Lo conocido es finito, lo desconocido infinito; desde el punto de vista intelectual, estamos en una pequeña isla en medio de un océano ilimitado de inexplicabilidad. Nuestra tarea en cada generación es recuperar algo más de tierra.
T. H. Huxley, 1887.
Uno.
Fue hace más de dos milenios que un hombre llamado Eratóstenes, con dos varas, sombras, reflejos en pozos y el sol, dilucidó que la tierra era una esfera, no una superficie plana. Incluso, mediante sus cálculos, determinó que la tierra podía tener una circunferencia de 40,000 kilómetros, basado en observaciones y mediciones matemáticas. Sencillamente correcta, aunque es obvio que estaba un poco errado en la precisión, pero fue capaz de demostrar algo que, para nosotros, es obvio, y lo hizo con palos, ojos, pies y su cerebro y el placer por la experimentación.
No fue quien lo comenzó todo, pero si fue quien abrió los ojos a un mundo que estaba sumido en las tinieblas. Y no era para más, Eratóstenes era director de la famosa y más grande biblioteca del mundo antiguo: La Biblioteca de Alejandría. Alejandría era una ciudad importante no solo por sus conocimientos, sino también por la exploración, y luego de que Eratóstenes dictara que la tierra estaba curvada y que había algo más allá de lo horizonte, marineros audaces emprendieron grandes viajes.
Sin embargo, para estos navegantes, la situación era difícil, porque sus naves eran pequeñas, navegaban por estima y seguían siempre que podían, la línea costera. Observaban las constelaciones en el horizonte para determinar su ubicación, eran sus amigas, lo eran entonces y lo son ahora que exploramos el espacio. Después de Eratóstenes, es posible que intentaran circunnavegar el globo, pero no fue hasta la expedición de Magallanes que esa empresa se completó.
Dos.
El hombre comenzaba a aventurarse a otros mundos, guiados por la imaginación, la observación y la experimentación. La exploración de la tierra parecía algo fructuoso, algo digno de intentar, con viajes de ida y vuelta a China y Polinesia. La gran hazaña fue sin duda, el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Aunque, según investigaciones, Colón tuviera que mentir para lograrlo. Se sabe que era un vendedor ambulante de mapas, y poseía libros de cartógrafos antiguos, entre ellos Eratóstenes.
Creía en la Empresa de las Indias Orientales, y para que esta fuera real, mintió diciendo que la circunferencia de la tierra era menor, y buscó la mayor extensión hacia el este de Asia que pudo encontrar en todos los libros de los que disponía. Luego exageró estas cifras, y de no haber sido porque las Américas estaban en medio del camino, las expediciones de Colón habrían terminado en un fracaso rotundo.
La tierra está explorada en su mayoría, ya no parece prometer nuevas porciones de tierra o continentes. Tal vez, podemos encontrar tesoros en estos, pero eso es parte de otra rama de la ciencia, no de la astronomía. La tecnología de la disponían en aquel entonces, les permitió conocer nuevos mundos, llamando Viejo Mundo a aquellas porciones de tierra donde se cultivó la ciencia y la experimentación. Todo gracias a los experimentos de un hombre llamado Eratóstenes.
Tres.
Fue en Alejandría donde se fundó el mayor centro de experimentación y conocimiento del Mundo Antiguo, todo gracias a Alejandro Magno, por quien la ciudad se llamó así. Había una diversidad hermosa, había gente de todas regiones, de las conocidas en aquellos tiempos, y se favorecía el estudio y el conocimiento. Fue en este lugar que se comenzó el estudio de los cielos, por ello conocimos a Eratóstenes, quien dijo que la tierra era una esfera.
Los eruditos de la biblioteca estudiaban el Cosmos entero. Cosmos, como ya he dicho, es una palabra griega que significa el orden del universo. Es lo opuesto del Caos. Había en la biblioteca una comunidad de eruditos que exploraban la física, filosofía, medicina, matemáticas, geografía, biología, ingeniería y astronomía. En aquellas salas, de modo serio, los hombres se pusieron de acuerdo para ordenar el conocimiento del mundo. Además de Eratóstenes, hubo otro astrónomo, Hiparco.
Ordenó el mapa de las constelaciones, las mismas que ayudaban a los navegantes en el mar y en las tierras. Estimó el brillo de las estrellas. Junto a ellos también estuvo Tolomeo, que compiló gran parte del conocimiento que ahora pertenece a la seudociencia de la astrología, sí, ese mismo que dijo que la tierra era el centro del universo, teoría que estuvo de moda por al menos 1,500 años. También existió una mujer llamada Hipatia, matemática y astrónoma, la última lumbrera de la biblioteca, y cuyo martirio estuvo ligado a la destrucción de la biblioteca.
Cuatro.
Durante siete siglos, la humanidad parecía prosperar, y lo hacía hermosamente llevada de la mano del conocimiento, la ciencia, la experimentación. Sin embargo, recordemos a Tolomeo, ese que dijo que la tierra era el centro del universo, ahora pasemos a Hipatia y la destrucción de la biblioteca y del mayor conocimiento del Mundo Antiguo. ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro? Pues, un libro de un hombre llamado Aristarco de Samos, quien, al parecer, dijo que el sol era una estrella, y que la tierra era un planeta que giraba alrededor de esa estrella, junto a otros planetas.
¿Saben qué significa eso? Las primeras indagaciones de la teoría del heliocentrismo, y dos mil años antes de redescubrir ese hecho. Pero la oportunidad de que la humanidad conociera de esto con tanta antelación, se perdió con la destrucción de Alejandría, dejándonos conocimientos rudimentarios de aquellos tiempos. Los conocimientos de entonces, los pocos que sobrevivieron, permitieron la observación de los cielos y la exploración de la tierra. La ciencia de ahora superó la ciencia de la época clásica, pero su importancia, como el hecho de Aristarco de Samos, nos deja ver la gran tragedia que representó su pérdida.
Conocimos la tierra en todo su esplendor, descubrimos nuevas tierras y todo parecía dicho ya. La tierra parecía no prometer nada nuevo, parecía, hasta que llegó Galileo.
Astronomía Moderna
Uno.
Fue Johann Müller (1436-1476) quien resquebrajó el sistema imperante de que la tierra estaba en reposo y el universo giraba a su alrededor. Fue de los primeros en hacer observaciones astronómicas, y se dio cuenta de que la tierra se movía, que no era el universo que giraba a su alrededor. Este pensamiento llegó tan lejos que, sí, hizo que, Nicolás Copérnico (1473-1543) retomara las ideas heliocentristas y reemplazara la creencia de que la tierra era el centro del universo, dejando al sol en su lugar con los planetas orbitando de manera circularmente perfecta a su alrededor.
Estas observaciones y estudios llevaron a Tycho Brahe (1546-1601) construyera su propio observatorio e instrumentos de medición y, con ellos, realizara las más precisas y mediciones astronómicas para su época. Sin embargo, estas no tuvieron mayor utilidad hasta que, Johannes Kepler (1571-1630) las utilizara. Kepler entendió las órbitas planetarias, probando elipses en vez de modelos perfectos de Platón, y pudo entonces enunciar sus leyes del movimiento planetario.
Para cuando la astronomía moderna llegó como tal, con el estudio más preciso de los cielos y toda la cosa, se comprendieron y desmitificaron algunas cuestiones que habían trascendido durante siglos. Por ejemplo, fue Tolomeo quien dijo que la tierra era el centro del universo, y la iglesia tomó esto como verdad absoluta para hacernos ver como creaciones importantes entre toda la vastedad. Pero Copérnico quebró el sistema diciendo que la tierra no era el centro de nada, que era ese lugar le correspondía al sol.
Y Galileo sufrió por eso.
Dos.
Pero antes de hablar de Galileo, hay que hablar de los hombres que estudiaron los cielos y lo que pasó con ellos. Primero, cuando en Alejandría se favorecía al estudio y al análisis y a los experimentos, se le permitió a los astrónomos establecer sus teorías de cómo funcionaba el universo. Durante funcionó la Biblioteca de Alejandría, los eruditos eran vistos como hombres que comprendían el Cosmos. Hombres que le quitaron terreno al Caos.
Y ocurrió un incendio que destruyó gran parte de la biblioteca alrededor del año 48 a. C. Sin embargo, esto fue el comienzo de algo que venía en declive. Una serie de revueltas llevó a que la biblioteca pasara de una administración a otra, haciendo que sus escritos pasaran de un lado a otro, perdiéndose muchos en el camino, hasta que sucedió que, una serie de episodios violentos a lo largo del siglo 3, se le diera fin a la ya de por sí deteriorada biblioteca. Aunque no lo fue en realidad, ya que lo peor ocurrió con el gran incendio alrededor del año 640 d. C, el cual acabó hasta con sus cimientos.
Esto significó que parte del conocimiento se perdiera y llegara la época que muchos llaman: Oscurantismo. Durante estos tiempos dominaron bastante tiempo los estudios que hacía la iglesia, llevada de la mano por el Imperio Romano. El estudio independiente estaba visto de mala manera, eran tratados de herejes aquellos que experimentaban por su cuenta y descubrieran cosas que no estaban acorde con lo que decía la iglesia.
Tres.
Y es aquí donde sí hablamos de Galileo. ¿Pero por qué me parece tan importante? Simple, fue el primero en utilizar un telescopio para apuntarlo a los cielos y descubrir que la iglesia se equivocaba. ¿Y qué descubrió? Pues, que la luna tenía montañas, que esta giraba alrededor de la tierra, no del sol, y que la tierra giraba alrededor del sol. También descubrió los anillos de Saturno y las lunas de Júpiter, hecho que le reveló algo interesante.
En nuestros días, es muy normal que hablemos de que se ha descubierto cierto exolplaneta, que podría tener lunas y que estos órbitan alrededor de alguna estrella. Es normal hablar de las fases de la luna y de la influencia que esta tiene sobre las mareas, es normal decir que la luna es una gran roca girando alrededor de la tierra. Es normal, pero en el tiempo de Galileo no lo era, y no lo fue incluso hasta después de su muerte.
Esto lo llevó a ser procesado por la inquisición y recibir arresto domiciliario y a retractarse de lo que dijo, todo porque reveló que la tierra solo era un planeta más. Sí, era un planeta más girando alrededor del sol, junto con Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La luna era un «pequeño planeta» girando a nuestro alrededor y Júpiter tenía a sus propias lunas, Saturno también, así como Marte. Y les dijo que así como eso podía existir, era posible que el universo no girara a nuestro alrededor, sino al contrario.
Solo éramos un sistema planetario girando alrededor de una estrella, y así como eso podía ser posible, podría ser posible que hubiese más estrellas con más planetas.
Cuatro.
Arresto domiciliario y retractarse por la verdad. Sin embargo, se mueve. Esas fueron las palabras de Galileo luego de ser procesado, en referencia a que la tierra se movía alrededor del sol. Fue tratado de hereje y sus escritos desestimados y mitificados, y las teorías que había sembrado y cultivado, fueron dejadas en el olvido. Como he dicho, el Oscurantismo en su máxima expresión.
Pero, aunque la historia pintara de esa manera, no fue sino hasta que apareció la potencia mundial de Holanda que todas esas teorías adquirieron relevancia. Según nos cuenta Sagan en su libro Cosmos, Holanda se convirtió en una potencia al dar relevancia a la exploración en la navegación, y al conocimiento y lo artístico en todas sus formas. Para entenderlo mejor, fue como una especie de Alejandría Moderna.
Había entre sus habitantes, hombres que continuaron con la observación espacial, tales como: Johannes Hevelius (observaciones de la luna y los cometas), Christians Huygens (anillos de Saturno, Titán), Giovanni Domenico Cassini (satélites de Saturno), Ole Romer (Velocidad de la luz a partir de los eclipses de los satélites de Júpiter en 1676) y John Flamsteed (fundador del Observatorio de Greewich en 1675).
Había también artistas y filósofos entre sus filas, pero para lo que nos atañe, eran hombres que observaron los cielos. Siguieron los estudios de Galileo sin miedo a ser perseguidos, porque Holanda estaba lejos de hacer eso.
Permitió que la ciencia siguiera fluyendo.
Cinco.
Dentro de este ambiente, Isaac Newton, quien se hizo con libros de todos ellos e investigó por su cuenta, promulgó sus tres leyes que quitaron el empirismo en la explicación de los movimientos celestes. Y no solo trabajó en eso, también modificó los telescopios y explicó la dinámica del sistema solar, y lo hizo en una época en donde, gracias a la potencia holandesa, se le permitió versar sobre todo esto sin el miedo de ser perseguido.
Holanda fue un evento que no volverá a ocurrir, fue el tipo de hecho que permitió a unos cuantos hombres sacar de la oscuridad a todos los demás, liberándolos de las creencias supersticiosas que imperaban. Dejó que hicieran investigaciones y nos llevaran a nuevos mundos sin salir de la tierra, nos dejaron imaginar. Algo que llevó también, a muchos de estos hombres que hemos mencionados, a decir que habían civilizaciones en esos planetas.
Ejemplo de ello es la Luna y los selenitas, al igual que Marte y los marcianos. Durante mucho tiempo, al igual que se observaba los cielos y se descubría nuevas cosas de este, se creyó que había seres como nosotros allá arriba. Desde Galileo, transcurrieron siglos para que la astronomía y sus teorías fueran aceptadas en Europa y llevadas por todo el mundo.
Seis.
Cayeron imperios, nacieron naciones, se desarrollaron sociedades, y el sentimiento por el espacio y lo que este deparaba, seguía vivo y palpitante en las mentes de las generaciones. Desde Eratóstenes, pasaron infinidades de eventos que determinaron nuestro lugar en la tierra. Gracias a todos estos descubrimientos, se comprendió lo que ocurría a nuestro alrededor y desmitificamos al mundo y sus demonios.
La observación de los cielos nos hizo descubrir nebulosas, miles de estrellas, dibujamos un mapa de la galaxia, esto alrededor del siglo XIX de la mano de los hermanos Friedrich y Caroline Herschel. Descubrimos Urano, sus lunas Titania y Oberón, y las lunas de Saturno Enceladus y Mimas. Aprendimos a medir la distancia entre las estrellas, mediante una técnica llamada Paralaje. Descubrimos que la estrella más cercana, Alfa Centauro, está a solo 4,3 años luz de distancia.
Descubrimos que la tierra es redonda, gracias a ello descubrimos América. También por el estudio de los cielos cayeron imperios, como parte de la astrología, precursora de la astronomía. Se crearon templos de culto en todo el mundo, desde los Aztecas hasta los egipcios. Entendimos cuál era nuestro lugar en el universo y entonces, la mayor pregunta, ¿Qué había realmente allá arriba?
Y la respuesta a esa pregunta, fue un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad.
Segunda Parte: La Exploración Espacial
El espacio: la última frontera. Estos son los viajes de una especie interplanetaria y ahora interestelar, en una misión que durará milenios, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevos paisajes extraterrestres, hasta alcanzar lugares donde nadie ha ido jamás.
Star Trek.
Vehículos Espaciales
Uno.
El deseo por alcanzar lo que había en el cielo, no es algo que haya ocurrido de la noche a la mañana, como ya hemos leído hasta aquí, es algo que ha pasado desde hace más de dos milenios. Séneca lo dijo, llegaría un día en donde una generación pondría sus pies en esos mundos. Y como he mencionado párrafos más arriba, muchos astrónomos imaginaron mundos, y civilizaciones en dichos mundos. Incluso inspiraron a otros a escribir sus propias historias al respecto.
La idea de los viajes espaciales no es algo nuevo, esto viene desde Roma, pero los artefactos para realizarlo, no eran como tal lo que son ahora, la tecnología de entonces impedía realizar esos viajes. En cambio, pensaron vías alternas rebuscadas en la magia y el espiritismo. Sin embargo, hubo un hombre que dio pie a que esto fuera posible de alguna forma, alguien que imaginó un viaje hacia la luna, sin pensar que eso sería el comienzo de una carrera que perdura hasta nuestros días.
Julio Verne. Ya hemos hablado de él en este sitio. Escribió una historia llamada De la tierra a la luna, donde un grupo de personas, disparaban un cohete tripulado a la luna y se encontraban con los selenitas, los habitantes lunares. H. G. Wells, por su parte, escribió una invasión marciana en su gran obra La Guerra de Los Mundos. Diferentes razones, mismas situaciones, el encuentro de la civilización terrestre con extraterrestres. Todo mediante vehículos espaciales, pero, ¿Qué son los vehículos espaciales?
Dos.
Parecerá extraño que a este tiempo haya que explicarlo, pero los vehículos espaciales son, por así decirlo, algo relativamente nuevo en nuestra sociedad. Su precursor, Konstantin Eduardovich Tiolkovsky (1857-1935) (me costó escribir ese nombre), contribuyó en gran medida a la astronáutica. Imaginó una época en donde los hombres remodelarían otros mundos, escribiendo sobre comunicaciones con razas extraterrestres. En 1903 describió con todo detalle un cohete de varias fases y de combustible líquido que podría transportar personas más allá de Titán.
A la par del innombrable, tenemos a Robert Hutchings Goddard (1882-1954) quién, inspirado por la lectura por entregas de La Guerra de Los Mundos, ideó un aparato capaz de llegar a Marte. Dedicó el resto de su vida a construirlo. Ambos, mediante la inspiración de hombres que imaginaron viajes lejanos de la tierra, idearon maneras de realizarlos mediante vehículos espaciales, cohetes capaces de alcanzar la órbita terrestre y escapar de ella.
Goddard construyó el primer cohete con combustible líquido, llegó a viajar durante dos segundos y medio, no es mucho, pero fue trabajo honesto. Sin embargo, eso fue lo que causó que el 16 de julio de 1969, se lanzara desde Cabo Cañaveral, el Saturno V, el cohete más grande jamás construido y que llevaría al Apolo 11 y sus tripulantes a la Luna. Pero estamos yendo demasiado rápido, hay que hablar de lo que ocurrió antes de esos hechos.
Tres.
A ver, el Apolo 11, llevado por el Saturno V, donde viajaba Neil Armstrong fue el momento. Pero antes de ese momento, hay que hablar de otros momentos, porque este viaje a través de las estrellas, quiérase o no, ha estado lleno de momentos importantes, y cada uno más emocionante que el anterior, espero que lo estén captando. Antes del Apolo 11 y Neil Armstrong, estuvo Yuri Gagarín, el primer hombre en orbitar la tierra. Era ruso, un hombre menudo, carismático y humilde. Dicen que ver la tierra desde el espacio te crea ese sentimiento.
Los que han ido dicen ver a la tierra e imaginan a las millones de personas que la habitan, ahí arriba no se ven fronteras. Todos somos iguales, es un sentimiento que te hace considerar tu existencia, pero estamos yendo demasiado lejos, todavía no es el momento, porque el momento que nos dijo que estábamos destinados a viajar por las estrellas ocurrió el 4 de octubre de 1957, cuando los rusos lanzaron el primer satélite artificial de la historia: el Sputnik. ¿Ven que les dije? Este viaje está lleno de momentos, y los rusos fueron los primeros.
Después vendría el Sputnik 2, el que llevaría a la perra Laika, apuesto a que han oído de ella. El primer animal y ser vivo en orbitar la tierra. Fue lanzado el 3 de noviembre de 1957. Sin embargo, fue el 4 de octubre donde comenzó la famosa Carrera Espacial, ya hemos hablado de ella aquí. Después vino el Sputnik 3, el primer fracaso humano hacia el espacio. Pero después de ahí, amigos míos, después de ahí, el espacio fue la última frontera.
Cuatro.
Podríamos decir que los rusos fueron los primeros en casi todo. Primer satélite artificial de la tierra, el primer animal en orbitar la tierra y el primer humano en orbitar la tierra. También está el primer planeta artificial del sol que visitamos, con la sonda espacial Luna 1, su hermana Luna 2, se convirtió en ser la primera nave espacial en chocar otro planeta. Luna 3 nos dio la primera visión de la cara oculta de la luna. Las naves Venera, fueron las primeras en acercarse a Venus, sí, eran rusas también, mejor dicho, soviéticas, pero diremos rusas para entendernos mejor.
Venera 3, la primera nave en penetrar la atmósfera de Venus. Primera nave que aterriza en otro planeta, Luna 9. Luna 16 y 17 fueron las primeras en llevar un robot a la luna para recoger muestras, así como hacer rodar a un vehículo en otro mundo. Primer aterrizaje sobre otro planeta, coronado por el éxito científico, Venera 8 en Venus. Primer vuelo espacial que se aproxima al año de duración, comparable al tiempo de vuelto hasta Marte, la Soyuz 35. Venera 15 fue la primera en hacer un mapa completo orbital por radar de otro planeta, Venus. Como dije, parece que los rusos fueron los primeros en todo.
Hasta que llegaron los norteamericanos. A veces, ser el primero no es sinónimo de ser el mejor, a veces, el segundo lugar suele ser quien lo hace mejor, pero el primero tiene ese sentimiento de haber abierto el camino, de haber mostrado el sendero a cruzar. Y es que, si bien es cierto que, a lo largo de los años, los rusos hicieron muchas cosas importantes a nivel de astronomía, los norteamericanos se llevan la corona.
Cinco.
La Explorer 1 descubrió por primera vez los cinturones de radiación de Van Halen, esos mismos que nos protegen de los vientos solares. OSO-1 fue el primer observatorio astronómico del espacio. El Apolo 8 fue la primera nave tripulada en orbitar La Luna. Y sí, aquí está el famoso momento: El primer aterrizaje de seres humanos sobre otro mundo, El Apolo 11 en La Luna. Ellos trajeron las primeras muestras de La Luna. El Apolo 15 llevó el primer vehículo rodante conducido en otro planeta. La Mariner 10 fue la primera misión planetaria doble, Venus y Mercurio.
Otro gran momento, dentro de grandes momentos, el primer aterrizaje con éxito sobre Marte; y la primera nave en busca de vida en otro planeta, la Viking 1. Las primeras aproximaciones a Júpiter por la Pioneer 10, a Saturno la Pioneer 11. Primeras naves espaciales que consiguen velocidad de escape del sistema solar Pioneers 10 y 11, Voyagers 1 y 2. Primera aproximación a Urano y Neptuno, Voyager 2. Cabe destacar que estas últimas son las primeras en convertirse en objetos interestelares, y la Voyager 2 fue la primera en hacer esa mítica foto de la luna a miles de millones de kilómetros de distancia, la del Punto Azul Pálido.
Como dije, grandes momentos. Hermosos, cada uno de ellos, momentos hermosos para la astronomía. Sin embargo, ¿Hacia dónde nos lleva todo esto? Y si has llegado hasta aquí, seguro te estarás preguntando, ¿Por qué el título menciona a una película y no ha hablado de ella? ¿Por qué no has hecho dar toda esta gran vuelta? Paciencia, mucha paciencia. Qué para poder llegar a mi punto, debo hacerlos sentir el momento, además, así fomentamos la lectura.
Ahora bien, ¿Qué aprendimos de todo? ¿Qué nos dicen esas palabras de Armstrong?
Lo que completamos del sueño…
Uno.
Muchas veces me he descubierto a mí mismo mirando al cielo en las noches, sintiendo el vacío de Cooper: Yo antes solía mirar el cielo e imaginar nuestro lugar entre las estrellas. Ahora miro el suelo y temo por nuestro lugar entre la tierra. Siempre me he preguntado: ¿Cuáles son nuestras ganas de ir ahí? ¿Por qué, de entre todas las cosas, no nos basta la existencia en la tierra? Supongo que tiene que ver con nuestras ansias por saberlo todo, por conocerlo todo, porque somos inquietos, lo que me lleva a pensar que también podemos hacerlo por la razón de George Leigh Mallory.
Un día, antes de escalar el Everest, le preguntaron por qué quería hacerlo, el tipo, de manera legendaria, respondió: Porque está ahí. ¿Nuestra humanidad es así? A veces pienso que sí. Hace poco realicé un viaje en motocicleta, en contra de todo pronóstico, en un país, considerado a nivel mundial, peligroso. Lo hice por sentir el viento golpeando mi cuerpo, por ver el paisaje, por escuchar la música mientras aceleraba en la carretera. Después de esa curva, el mundo es tuyo, hijo. ¿Después de la atmósfera, el espacio es nuestro?
Carl Sagan dijo que la astronomía forjaba el carácter, pero también la humildad. ¿Qué aprendimos de todos estos viajes, de todos estos vuelos? Pues, que somos pequeños y que nadie va a venir por nosotros, solo nos tenemos a nosotros. Eso a nivel humano, a nivel moral y filosófico, pero, a nivel científico, ¿Qué aprendimos? ¿Qué vieron estas naves en el viaje más épico al que nadie se ha lanzado jamás? ¿Qué descubrieron?
Dos.
No iba a poner imágenes, pero, leí Cosmos y, realmente necesitan verlas, necesitan saber qué hay ahí arriba, ahí afuera.
Tres.
Fue gracias a estas exploraciones espaciales que, como seres humanos, aprendimos que ahí afuera hay mundos muy distintos del nuestro. Derrocamos los mitos implantados por generaciones muy anteriores a la nuestra. Vimos que no éramos el centro de nada, solo vean el Punto Azul Pálido. Marte parece tan desolado que sería difícil creer ahora que haya seres tratando de entrar en guerra contra nosotros. Y la Luna, me pregunto, ¿Verne seguiría creyendo que había habitantes ahí arriba?
Tal vez estoy siendo muy crítico en este punto, pero parte de esas imaginaciones nos llevaron a investigar otros mundos, parte de esas imaginaciones, nos llevaron a pensar fuera de las fronteras terrenales. La tierra ahora parece un oasis en medio del desierto. Aristarco de Samos fue el primero en verlo y escribirlo, que la tierra no era el centro de nada, que girábamos alrededor del sol, junto a otros planetas, y que así como había un sol, las estrellas lejanas eran otros soles con otros planetas. No éramos «especiales», aunque, en lo personal, eso sería un tanto injusto pensarlo.
Y es que, si bien la astronomía nació de la curiosidad de comprender lo que estaba sobre nosotros, la exploración de esos mundos nació de la necesidad de saber si nuestras creencias eran ciertas. ¿Y lo fueron? No, los cometas no eran augurios de malos tiempos, no era la espada de un dios enfadado, era solo una roca quemando sus materiales al acercarse al sol. Pero, ¿Todo esto era malo? Tampoco, fue la curiosidad la que nos llevó hasta ahí, y la que nos sigue llegando, porque descubrir que esos mundos estaban inhabitados, nos llegó a preguntarnos: ¿Por qué?
Cuatro.
Espero lo hayan entendido todo hasta ahora. Quizás todo este viaje ha sido en parte por nuestro espíritu intrépido y aventurero, querer saber lo que está al otro lado, detrás de aquí y allá. Tal vez, solo queríamos saber si estábamos solos, aunque, el sistema solar es una porción increíblemente pequeña como para asegurar que estamos solos. Hay miles de trillones de estrellas, sería un desperdicio de espacio creer que todo esto es nuestro, y eso nos llevó hasta ahí. En unos años, muchísimos años después, las sondas Voyager se convertirán en los primeros objetos interestelares, ya que, habrán ido más allá de la Nube de Oort. Tan lejos que habrán escapado del Sistema Solar.
Sin duda alguna, momentos trascendentales para una especie única y extraña.
Si me lo preguntan, realmente no sé cómo pasar de esta parte a la siguiente, pero lo intentaré diciendo que, todo este viaje ha sido para intentar dar sentido lo que me ha parecido una de las historias más «realistas» que me ha tocado leer y ver. Son los intentos de una especie de alcanzar las estrellas, como si, de alguna forma, quisiéramos volver a casa. Aunque eso sería mucho decir, sin embargo, no sería tan alocado, pero, en lo personal, prefiero quedarme con el pensamiento de que nuestro sentimiento aventurero es lo que nos ha llevado hasta allá, y es lo que nos seguirá llevando lejos.
Ahora pasemos a lo que nos atañe el día de hoy.
Tercera Parte: Ciencia Ficción o… ¿El Futuro?
El Marciano.
Lo que leí.
El Marciano, o «Misión Rescate», como la conocemos en Latinoamérica, es un libro de ciencia ficción del año 2011. Es una novela que plantea el desastre que supone una de las misiones tripuladas en Marte, en donde uno de estos astronautas se queda varado. Es abandonado por sus compañeros, quienes lo creen muerto, y desde ese momento tiene que vérselas contra un planeta hostil, valiéndose únicamente de aquello que lo ha llevado hasta ahí: La Ciencia. De resto, la novela es una trepidante obra de acción, ciencia, drama y comedia que nos narra, página a página, las vivencias de Mark Watney.
Para ser preciso, la novela es de las mejores que he leído, así, justo así. De las mejores, no tengo nada que reclamarle, nada, y miren que siempre hay algo que tal vez veo mal en una historia. Sencillamente, la historia está bien narrada, bien hilada, tiene coherencia y es, hasta cierto punto, precisa en sus planteamientos científicos. Me encanta, de mis obras favoritas de ahora en adelante. Y es que, tiene buen ritmo, sabe jugar con sus elementos, no se adhiere a las estructuras narrativas convencionales y hace una combinación increíble con estas. Tomó lo mejor del género y lo hizo suyo, Andy Weir nos contó una obra bellísima.
Y, sin duda, te hace preguntarte algo que, en mi mente, hila bien todo lo que he venido escribiendo hasta aquí, absolutamente, espero que hayan entendido la referencia.
De resto, supongo que sí hay algo que debo decir que no me gustó, pero es algo que tiene que ver con mi pasión de lector de ver cosas donde no las hay, y eso es: Una relación de amor entre Mindy Park y Mark Watney. Joder, eso habría resuelto lo que venía pasando, y lo sé, no tiene coherencia ahora, pero si leyeron el libro y son como yo, creo que entenderán de qué hablo. Así que, la novela se lleva todos mis aplausos. 10/10
Lo que vi.
Luego del éxito de El Marciano, novela autopublicada por Weir, en 2015 se llevó a cabo una adaptación cinematográfica por parte de 20th Century, dirigida por Ridley Scott. Y, para ser sincero, también me gustó. La película es muy buena, en comparación con la obra en la que se basa, la película es buena, es fiel, aunque, sin embargo, hay cosas que se eliminan de la historia. Y es comprensible, es un libro de 400 páginas para casi dos horas y media de película. Es lógico que haya cosas que se pierdan, pero, aun así, la película es buena.
Tiene la esencia, tiene la narración, que para mí es lo mejor de la novela, tiene algo de la ciencia que hace genial la novela, tiene el carisma y el humor de Damon, tiene el drama, y, sobre todo, tiene la belleza. Espera, ¿La belleza? Oh, sí, la belleza, la belleza sempiterna del espacio y de un planeta como lo es Marte.
—A donde quiera que voy, soy el primero. Es una extraña sensación. ¿Bajo del explorador? Y soy el primero en estar ahí, ¿Escalo esa colina? Y soy el primero en hacerlo. 4,500 millones de años, nadie había estado aquí, y ahora, yo. Soy la primera persona que se queda sola en todo un planeta…
En cierta forma, creo que se separa un poco más de la obra de Weir en el sentido dramático. La película es un poco más sentimental y la ciencia no es, lo que se diría, importante. Sí, hay bastantes partes científicas, pero no son el espectáculo principal, porque lo espectacular de la obra es Damon dándole vida a este nuevo Robinson Crusoe. En mi opinión, la película tiene un 8.5/10. Solo porque la ciencia no es tan relevante, aunque la escena de las papas es mucho más hermosa que en el libro. Y Damon hace un hermoso papel.
Lo que pienso.
Como obra de ciencia ficción, creo que es de las mejores que he leído y visto. Ya lo mencioné más arriba, simplemente es hermosa por donde se la vea. Visualmente, Scott y su equipo hicieron un buen trabajo. Actoralmente, Matt Damon es un tipo que sabe hacer su trabajo y, creativamente, Andy Weir es un tipo que sabe contar historias, y como los grandes, estoy hablando de ponerlo a la altura de Isaac Asimov, Hugo Gernsback, Julio Verne y H. G. Wells. Sin embargo, le falta mucho, ya que es su obra más famosa, pues, de sus otros trabajos más pequeños poco se ha hablado.
Ahora, como quiera que lo diga, y creo que ya lo he dicho todo respecto a la obra, o casi todo, es una historia que vale la pena ser leída o vista, sea cual sea el formato que quieras. Dale el chance, no te va a decepcionar en lo absoluto, claro, si te gusta el género. Y pues, eso sería todo por hoy…
Espera, ¿Qué? ¿Qué por qué he hablado de todo lo anterior para acabar así? Jum, creí que no te darías cuenta, pues bien, aquí voy.
La arte imitando a la vida… ¿O la vida imitando al arte?
Uno.
Desde hace unos años vengo escuchando la noticia de que el plan de Elon Musk, sí, sí, ese millonario, playboy y sexy filántropo, esperen, ¿Acaso ese no es Iron Man? Sí, el de la vida real; quiere llevarnos a Marte en su gran proyecto con su empresa astronáutica SpaceX. Algunos lo han tachado de tener delirios de grandeza, otros de estar loco y otros, de ser un revolucionario y, quizás, el hombre que cumpla el sueño. Sin embargo, detrás de todo esto, no está solo el trabajo y la idea de un hombre con los recursos para hacerlo, no, se encuentra el trabajo de cientos de hombres a lo largo de dos mil quinientos años.
Y es aquí donde todo se conecta. Lo hemos venido leyendo, como dije, había que preparar el momento. Y el momento es este. Primero estudiamos y fuimos a la luna, luego sobrevolamos Venus, Mercurio, aterrizamos sondas en Venus, Mercurio y Marte, Titán y hasta Júpiter, aunque esa no aterrizó como tal. Enviamos a los objetos creados por el hombre, más allá de lo que podríamos llegar en mucho tiempo. Y ahora, justo ahora, el primer vehículo que tiene todos los juguetitos, se mueve sobre la superficie marciana en busca de vida, preparando la llegada de los seres humanos.
Es que si no somos los hombres de las historias de ciencia ficción, ¡Estamos camino a serlos!
Dos.
Fue Carl Sagan el que dijo que, de momento, no podíamos colonizar otros mundos, pero sí visitarlos, y quizás, estemos a las puertas de vivir algo sin precedentes. Ya lo hicieron nuestros abuelos cuando escucharon del Apolo 11 y sus astronautas visitando la Luna, quizás nosotros seamos los afortunados de presenciar el día en el que el primer ser humano pise suelo marciano.
Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad, dijo Armstrong, y Watney se burló de él en la novela El Marciano, un momento ficticio lleno de emoción y dramatismo, y quizás podríamos ver algo así realmente. Ya sé que, millones alrededor del mundo no verán con buenos ojos algo así, sobre todo cuando millones mueren de hambre; yo soy el primero en hacerlo. Pero, a la par de logros importantes de la ciencia, esto es sin parangón, y miren que estoy tratando de contener mi emoción.
Cuando leía El Marciano y Cosmos a la vez, me preguntaba qué sería de las generaciones futuras, ¿Visitaríamos otros planetas? ¿Viviríamos por todo el sistema solar? ¿Conquistaríamos la galaxia? Quizás parezca zafado, díganme loco, háganlo, pero, ¿Verne lo estaba cuando escribió De la tierra a la luna? ¿Aristarco de Samos lo estaba cuando dijo que la tierra giraba alrededor del sol y que había otros planetas orbitándolo también? Galileo, Huygens, Newton ¿Estaban locos? Pues si ellos estaban locos, quiero estarlo yo también, porque los locos mueven al mundo, sacuden sus cimientos y lo hacen bailar al son de la ciencia y el progreso.
Tres.
Quizás me tomé muchas excusas para escribir sobre esto, me tomó más de una semana, más de lo que pensaba. Estaba planeando subir esto la semana pasada, incluso los artistas detrás de las ilustraciones descansaron, porque quería subir algo distinto, aunque sea poca la gente que me lea. Quizás, tal vez, puede ser, redundancias; debía ser así, porque esto debía coserse a fuego lento, como los miles de años de observación, errores y pruebas que tomó llevarnos de descubrir que la tierra era una esfera, a descubrir América y, posteriormente, a pisar la Luna.
Tal vez debía tomarme mi tiempo para pensar bien lo que había de escribir, para no dejar ningún cabo suelto, para hilar bien mis pensamientos y llegar a este punto, donde la ciencia ficción y la ciencia pura, nos llevaron a mundos que nunca fueron, pero sin ellas no habríamos llegado a ninguna parte.
Sencillamente, ¡Brillante!
Y lo mejor de todo es que estamos para ver lo que se viene, y, amigas y amigos, lo que se viene es el futuro.
Conclusión
Uno.
Hace 70,000 años caminábamos por verdes pastos buscando animales para cazar, refugio y un lugar donde poder vivir. 70,000 años después, caminábamos sobre la Luna. ¿Nos tomará más tiempo conquistar otros mundos? No lo sé, sinceramente no lo sé. Hay una fotografía a 60,000 millones de kilómetros de distancia, de la Tierra, estática bajo un rayo de sol, suspendida en la negrura cósmica. Sin dudas, es un excelente ejercicio mental pensar cómo sería estar en otro planeta, a miles de años luz, mirando nuestro sistema solar y pensar que, en algún momento, en una mota de polvo en la negrura cósmica, en un punto azul pálido, comenzó todo.
No sé si esto sea lo mejor que he escrito, pero en serio que amé cada palabra, cada dato, cada segundo dedicado a esto, porque amo este tema. Y me pregunto, ¿Qué pensarían los eruditos de Alejandría si alguien viajara y les dijera que sí? Que sí es cierto todo lo que pensaron, que sí es cierto que hay mundos fuera de este mundo, que sí es cierto que podemos llegar a ellos.
La música está sonando.
Dos.
La música suena y yo tecleo. La comida se enfría a mí lado y mis padres hablan en la sala ¿Y yo? Yo suelto todo lo que he leído y visto al respecto, porque me gusta hacerlo. Cada vez se me ocurren nuevas ideas para nuevas historias, cosas que quizás no vean la luz del mundo nunca, y me pregunto, ¿Habrá alguien allá afuera a quien le importe todo lo que he soltado aquí? Yo… espero que sí. Espero que haya alguien, porque entonces sería como estar en Marte, solo en todo un planeta, sin posibilidad de hablar con alguien, esperando que alguien llegue, anhelando una plática con una persona.
He amado cada momento hasta aquí. He disfrutado cada día hasta este. He aprendido cada segundo, hasta en el que estamos contando. Y yo solo estoy aquí, pensando.
Quiero pensar que ha sido un viaje fascinante para ustedes, así como lo ha sido para mí. Tal vez, más adelante, hablé sobre los viajes a través del tiempo y el espacio, los viajes a través del tiempo o los agujeros negros, pero esos son estudios pesados, espero que entiendan el chiste.
Tres.
De resto, es todo por hoy, amigos. Es todo por esta semana. Seguiré leyendo, jugando, pensando, viviendo, escribiendo y aprendiendo, pero, de momento, esto es todo por ahora.
Espero que les haya gustado. Realmente lo espero.
Compartan con quien quieran, hagan llegar esto tan lejos como las sondas Voyager han llegado en el espacio. Ve con Dios, artículo, ve con Dios y sálvame la vida.
Me despediré con las palabras de un viejo amigo, palabras que ahora hago mías:
En la vastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo, mi alegría es compartir un planeta y una época con ustedes…