¡Buen día, gente! Perdón por la ausencia, cuestiones de agenda y cierto bloqueo de escritor que se fermenta con los años. Algo en lo que estoy trabajando poco a poco.
Estamos de vuelta con otro artículo, uno que habla sobre… bueno, el título les ha dicho todo, es un tema chocante, pero interesante, aunque hay que ir con cuidado. En palabras del vago de la esquina: «Debemos tener cuidado al mirar al fondo del abismo, porque el abismo también nos mira: el que lucha contra monstruos no debe convertirse en uno», espero estas palabras tengan su relevancia más adelante.
De nuevo, los invito a comentar algo al final de esto, compartir con sus amigos y suscribirse para subir más contenido de este tipo. Desde luego, con respeto. Una vez dejando en claro eso, vamos allá.
Precedentes
«¿Por qué no lo puedo matar? Si de todas formas vamos a morir»
—Mary Bell. Condenada en 1968 por el asesinato de dos niños.
Asesinato
Concepto
Según las leyes, el asesinato es el hecho de quitarle la vida a alguien de manera intencionada, sin remordimiento alguno. Lo que lo diferencia del homicidio es que este último implica el acto de quitar la vida, sin planificación ni pensamiento previo como tal. Solo por parafrasear muchos de los textos que podemos encontrar en línea.
Historial
Vamos a dividir esto en dos partes, con la sola intención de dejar en claro que la muerte del hombre, por la mano del hombre, ha estado con nosotros desde el inicio de nuestros días.
El primer asesinato del que se tiene constancia en la historia humana, a nivel religioso, podemos encontrarlo en La Biblia:
3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. 8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
Tomando en cuenta lo anterior, y el hecho de que Caín y Abel fueron de los primeros humanos en la tierra según La Biblia, podríamos decir Caín fue el primer asesino de la historia, ya que planeó el acto con antelación, y si bien los textos no indagan en la mente del autor del crimen, podemos ver que fue intencionado, más si vemos el antecedente que lo llevó a cometer el delito.
Pero dejarlo ahí, sería «jugar sucio» para algunos, entonces aquí va otro dato.
Atapuerca, la cuna de los humanos más antiguos de Europa. Un grupo de arqueólogos encontraron fósiles de homínidos, primates bípedos. Los restos resultaron pertenecer a 28 individuos, los cráneos dieron esta respuesta, siendo uno el que llamaría la atención de los investigadores. Luego de recolectar y reconstruir el cráneo con 52 piezas, se percataron que este tenía dos agujeros, dos fracturas hermanas. La investigación posterior, muy complicada, por cierto; reveló que las fracturas fueron realizadas con dos sendos golpes en la frente en un enfrentamiento con un arma contundente, y que, posiblemente, el que golpeó, fue un diestro. Según las pruebas del Carbono 14, revelaron que este asesinato, quizás, el primero de la historia, sucedió hace unos 430,000 años.
Es posible que este dato esté abierto a debate, y uno muy interesante, porque la evidencia habla de homínidos, primates bípedos, no homo sapiens, que no es lo mismo. Sin embargo, la ciencia lo ha catalogado como «el primer asesinato de la historia» por la intención intrínseca del acto, puesto que, los huesos no muestran marcas de mordeduras que indiquen que los golpes fueron producto de un cazador tratando de devorar a su presa, sino más bien lo contrario. Fue el acto de un individuo queriendo quitarle la vida a otro, aunque nunca sabremos por qué.
Y quiero que nos quedemos con esas últimas dos palabras «Por qué», más como una pregunta que como una afirmación, porque solo servirán para lo primero y para los fines que conviene este artículo. Y es que, algo que siempre ha fascinado a nuestra cultura, son los asesinos, y más los asesinos seriales, pero más allá de sus actos, lo que más nos ha intrigado, es el por qué de estos, pero antes de pasar al plato fuerte, habrá que tener un platillo de entrada, que esto solo fue el vino.
Asesinos Seriales
«Vamos por partes.»
—Jack El Destripador. Asesino Serial Inglés de finales del siglo XIX. Nunca fue atrapado.
Concepto
La denominación asesino en serie o asesino serial designa a un individuo que asesina a tres o más personas, en un lapso de 30 días o más, con un período de «enfriamiento» entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona cometer dicho crimen. Los asesinos en serie «tienden a ser selectivos al acechar a sus víctimas y lo hacen impulsados por alguna necesidad interior imperiosa».
Dicho de otra manera, son asesinos que planean matar, tomando en cuenta quién, cómo, cuándo, dónde y por qué, pero sobre todo, repetir la experiencia cuantas veces se pueda. Sin embargo, esto no se tuvo siempre en cuenta, ya que la historia del Análisis de la Conducta no tiene más que unas décadas, teniendo como referentes pasados a investigaciones sobre asesinatos, llevadas a cabo en Alemania tomando en cuenta el perfil psicológico de las víctimas.
Aunque podría decirse que un intento de ello se realizaba ya en el siglo XIX en Inglaterra, teniendo a Jack El Destripador como el centro de las investigaciones. Sherlock Holmes, el investigador ficticio más famoso, quizás es una consecuencia inspirada en esta realidad.
Historia
Los asesinatos han existido, como habrán visto, desde los albores de la humanidad, casi como si naciera con ella, lamentablemente. Pero, para nuestro alivio, hasta cierto punto, siempre han existido individuos que quieren hacer el bien, y lo intenta por todos los medios, sin violentar a nadie, sino de la manera más astuta posible, jugando a atrapar a los asesinos.
Es una pena que tenga que plantearlo de esta manera, pero es así. El crimen se plantea como un escenario de opciones, decisiones, pistas y argumentos, y el investigador es quien evalúa la situación para encontrar la solución del enigma, ese que tiene que ver con quién cometió los crímenes, y para desgracia nuestra, los asesinatos de muchas personas inocentes. Esas cuyas vidas ayudaron a evitar que se perdieran otras. Pero siempre, manteniendo la constante «por qué».
Unidad de Análisis de la Conducta, radicado en Quantico, es un Departamento del Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos, perteneciente a la Oficina Federal de Investigación (FBI). Vaya presentación, necesaria para entender todo este embrollo al que los he traído, si es que han llegado hasta aquí.
Si quisiéramos encontrar el origen del Análisis de la Conducta Criminal, especialmente la que tiene que ver con los asesinatos en serie, tendríamos que empezar por aquí. Como he dicho más arriba, término fue usado con antelación en Alemania, en 1930, pero el concepto y su posterior desarrollo y asentamiento en la cultura popular nació aquí, en la década de 1970, con Robert Ressler, uno de los primeros hombres en percatarse de que la manera para atrapar a un asesino, era comprendiendo a los asesinos que ya tenían atrapados, desarrollando algo que ahora se conoce como «Perfiles Criminales».
Su pensamiento era simple, pero complejo y muy tedioso a la hora de ser llevado a la realidad. Y es que, pensaba que todo asesino actúa en base a un sistema, un modus operandi, el cual le va dando pautas al investigador sobre quién puede ser el autor de los crímenes, barajando datos desde su apariencia física, etnia, posición social y económica, hasta el parentesco con la víctima y la conexión que pudiera tener con esta. Era algo revolucionario, porque por primera vez, ya no se estaba intentando atrapar a alguien mediante las pistas físicas en el sitio, sino mediante las expresiones psicológicas dejadas en la víctima.
Como dije, simple, pero muy complejo, porque para ello, había que tener un precedente, algo que le dijera que posiblemente el asesino pudiera actuar de una u otra manera, que podría verse de tal aspecto y ser de tal lugar. Para ello, había que recolectar datos, y estos solo podían obtenerse de una manera: Entrevistando a los asesinos seriales.
Y es justo aquí donde entra Mindhunter. Aunque, si les sirve de algo, la verdad se los recomiendo, también sería bueno que le echaran una hojeada al libro: Dentro del Monstruo, escrito por Robert Ressler, con las entrevistas realizadas a Jeffrey Dahmer, Ted Bundy y John Wayne Gacy, en quien Stephen King se inspiraría para crear a su creación más terrorífica: IT. Pero de eso hablaremos después, pasemos a Mindhunter.
Mindhunter
«El asesinato no se trata de lujuria y no se trata de violencia. Se trata de posesión. Cuando sientes el último aliento de vida que sale de la mujer, te fijas en sus ojos. En algún punto, es ser Dios.»
—Ted Bundy. Condenado a la inyección letal por el asesinato de 35 mujeres.
Sobre la serie
Acabó la clase de historia, es hora de hablar del tema cultural, visto desde una perspectiva cultural moderna como lo es una serie de televisión, una que intenta retratar los mejores días, o primeros, de los Análisis de la Conducta de los Asesinos Seriales.
Estamos en 1977. Holden, un investigador novel y negociador del FBI, dedicado a la enseñanza sobre la investigación criminal, se ha topado con algo, y es que el crimen ha cambiado. Parece que ya nadie mata por la economía, por el estrés post trauma que dejó la guerra o porque hace calor, no, parece que los asesinos tienen motivos, unos muy morbosos que hacen que Holden se pregunte qué está pasando. De esa manera, vemos como Holden es transferido a una Unidad de Análisis de la Conducta en pañales, que está dando sus primeros pasos a la comprensión y aceptación de los Asesinos Seriales.
Enmarcado en un contexto histórico muy peculiar en el país norteamericano, en donde resalta el racismo, la violencia, la economía, la guerra fría y alienación popular, a su mente le viene algo que merece interés, demasiado interés, La Psicología Criminal, comprender el por qué, algo de lo que he estado hablando todo este rato, el por qué de los crímenes, ya no solo centrarse en sus fines, sino que entendiendo sus móviles, creando un historial que le permita atrapar más rápido al próximo asesino.
Pero la historia no solamente se queda en eso, sino que intenta ir más allá y visionar qué se oculta en la mente de estas personas que cometen estos actos tan atroces como descuartizar y mutilar a una persona, o en el caso más grotesco, cortar la cabeza de su propia madre, sodomizarla y dormir con el cadáver durante días, mientras la cabeza yacía enterrada en el patio. Esto en verdad pasó, el autor fue Edmund Kemper, los invito a leer sobre él, sigue vivo.
Cómo decía, no solo se trata de exponer el caso, atrapar al malo y regresar a casa a ver la tele, no, va de entender qué llevó a estos hombres y mujeres a realizar sus crímenes, sus traumas, sus infancias, sus pensamientos y sueños, eso que los trastocó y los dejó marcados de tal forma que se quebraron y se convirtieron en monstruos, haciendo que te preguntes todo el tiempo: ¿Un asesino nace o se hace? ¿Mirar al abismo hará que el abismo mire también dentro de mí?
Son preguntas que poco a poco van respondiéndose a medida avanza la serie, y no solo a nivel académico, sino a nivel espiritual, moral, ético. Porque no puedes ir y volver de la guerra sin que esta te deje marcado, así como no puedes ver directamente a los ojos a alguien que ha matado a 35 personas y luego volver a tu casa con tu esposa y pensar que todo está bien. No, eso definitivamente deja una huella en ti. Y Holden, Bill y Wendy, los otros personajes de la trinidad, son prueba de ello.
Sobre el medio, la historia y sus creadores
Series sobre crímenes tenemos muchas, podría citar algunas de ellas, pero asumo que ya las conocen, por lo tanto, que esta historia, una algo repetida en su tipo, se presente en este tipo de formato, no es muy original que se diga, pero algo que he aprendido, es que lo interesante no es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas, y creo que hicieron un buen trabajo al contar esta historia de esta manera.
La serie consta de 10 episodios, de una hora, más o menos, de duración cada uno. No tienen título y solamente vamos siguiendo linealmente lo que viven nuestros protagonistas, sus momentos tras bambalinas y de cómo poco a poco van creciendo y transformando sus mentes. De esto debo decir que me pareció acertado, pero en algunas partes sentí que la historia era algo lenta y se detenía en algunos detalles que no eran del todo necesarios, que hubiese sido mejor resolverlos de forma más rápida.
Aun así, se mantiene. Logra mantener la vista del espectador pendiente de lo que sucede en pantalla, algo que no es difícil de lograr para un director consumado como lo es David Fincher, cuya carrera está llena de asesinos seriales, sus películas tratan de eso, y Mindhunter no iba a ser la excepción. Tenía que ir al meollo del asunto y resolver los misterios de aquello a lo que le ha dedicado casi toda su carrera fílmica, y si bien es cierto que no solo él dirigió los episodios, su mano está implicada al ser uno de los productores de la serie.
Y al ser el productor, puedes permitirte ciertas licencias que valen el precio del boleto, y eso son: los asesinos seriales. Debo decir que quedé satisfecho con cada entrevista hecha a cada uno de ellos. Y no porque se parecieran o tuviesen esta presencia atemorizante que los caracterizaba, sino porque te los presentan como monstruos, pero al nivel de las estrellas de rock. Lastimosamente la cultura moderna hizo que se les viera de esa manera. Y debo decir que lograron un excelente trabajo al dejar que los viéramos así.
Es como una caja de hormigas, pero con unos degenerados, depravados y muy perturbados seres tras el cristal.
Reflexión
«Mírame con desprecio, verás un idiota. Obsérvame con admiración, verás a tu señor. Contémplame con atención, te verás a ti mismo.»
—Charles Manson. Condenado a prisión por conspiración de asesinatos, los cometidos por la Familia Manson, su secta, responsables de la muerte de Sharon Tate.
No recuerdo en qué momento comenzó a gustarme este tema. Solo sé que, de pronto, un día ya estaba investigando sobre esto. Y no es que todo lo que vea tenga que ver con ellos, pero allá donde vayas, siempre habrá y estará esta parte oscura de los seres humanos. Los monstruos debajo de la cama, eso que siempre querremos mantener oculto de los demás. Pero ellos estarán ahí, parece que siempre estarán ahí, ya lo hemos visto, este acto impuro y condenatorio nació con la humanidad, y supongo que terminará con ella, pero, ¿Será necesario hacerse de la vista gorda? No, la pregunta en realidad es, ¿Por qué hacernos de la vista gorda y pensar y hacer como si nada ocurre?
Muchas de las investigaciones y entrevistas, arrojaron datos como que los individuos tuvieron una infancia difícil, fueron abusados por los que debían protegerlos o simplemente no fueron criados de la mejor manera. Crecieron en un ambiente inadecuado y vivieron cosas que los dejaron trastocados. Nadie les prestó atención, y no se culpa a nadie de ello, no, cada quien elige su propio destino y la vida que quiere vivir, pero, y si se les hubiera prestado la ayuda necesaria en el momento necesario, ¿Habría sucedido lo mismo?
Con el transcurso de los episodios, no solo fui comprendiendo un poco mejor la mente de estos tipos, cosa que está a discusión, porque es una dramatización de ciertos hechos, en verdad no ocurrieron de esa manera, pero… es el mejor acercamiento que podemos tener de ello; también fui comprendiendo la mente de nuestra sociedad, de por qué ciertos tropos y aspectos de la misma, como si todo estuviera diseñado de tal forma que debiera de tener una falla, un punto de quiebre en el que todo colapsa y simplemente alguien sale perjudicado, en este caso, las víctimas, quienes fueron las consecuencias de años y años de maltratos y abusos.
Con esto no estoy diciendo que debemos sentir pena por ellos, no, pero, ¿Por quién debemos sentir pena entonces? Lloramos a las víctimas, pero no veo que lamentemos el hecho de haber dejado en el olvido a tantas personas cuyas mentes se fueron volviendo más y más oscuras. Quizás estoy siendo demasiado filosófico en este punto. Será mejor dejar el tema hasta ahí.
Por lo demás, considero que la serie es una de las mejores que tiene la plataforma reina del streaming a nivel mundial, hablando de las muchas series y películas que tiene. Creo que es un buen punto de inicio para adentrarse en el mundillo de lo que son los asesinos seriales, si es que les interesa este tema. Veo conveniente el hecho de que exija del espectador ciertos conocimientos de psicología tan sencillos como para entender a qué se refieren ciertos tópicos de algunos de los diálogos, porque la cuestión aquí no es el crimen, sino los motivos para hacerlo, algo que se olvida todo el tiempo.
Puntuación: 8/10, porque hay ciertas partes en donde sentí que la historia debía moverse más rápido. Por lo demás, excelente.
Y pues, esto es todo, espero les haya gustado este artículo, comenten si ya vieron la serie o si les parece interesante para verla, en mí opinión, creo que sería una buena opción para el fin de semana. Pero cuando lo hagan, tomen en cuenta las palabras del vago de la esquina: «Debemos tener cuidado al mirar al fondo del abismo, porque el abismo también nos mira: el que lucha contra monstruos no debe convertirse en uno.»
Hasta luego.