Los Falsificadores, una extraña anécdota de la guerra

Opiniones, Reseñas, Retos By Jul 04, 2020 No Comments

¡Buen día, gente! Espero les esté yendo bien, que la hayan pasado tranquilos, metidos en sus asuntos, como yo en los míos. En mí mente eso sonó gracioso.

El día de hoy venimos con otro artículo, uno sobre la Segunda Guerra Mundial, ese tema con el que comenzamos este espacio. Hoy no tengo cita alguna del vago de la esquina, hace días que no lo veo, posiblemente se mudó a otro lugar o hizo lo que dijo que haría.

En fin, comencemos. Recuerden dar me gusta, compartir y suscribirse para leer más contenido de este tipo.

Contexto Histórico

Nos hallamos en 1940. Alemania ha invadido Polonia y otra serie de países con tal de dejar en claro que su plan de conquistar Europa, va en serio. Ahora van por Noruega y Dinamarca. El 9 de abril lo consiguen. En mayo comienza la invasión de Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos y Francia.

La Fuerza Expedicionaria Británica y el Ejército Francés avanzaron hacia el norte de Bélgica y planeaban hacer una guerra móvil ahí, mientras mantenían un frente continúo y más estático más al sur. Los planeas aliados fueron desbaratos por el más clásico e importante ejemplo de la historia de la Blitzkrieg, o Guerra Relámpago.

Pero, mientras Alemania jugaba al ajedrez con los aliados en las tierras europeas, en sus campos de concentración se llevaba a cabo otro plan interesante producto del ego y la idea nazi de obtener todo aquello que les habían arrebatado. Se gestaba La Operación Andrés, la cual fue parte también de la famosa Operación Bernhard. Ahora explico de qué iba.

Operación Andrés

Fue un plan del Tercer Reich para falsificar billetes de banco británicos. La estrategia inicial era dejar caer los billetes sobre el Reino Unido para provocar un colapso de la economía británica durante La Segunda Guerra Mundial (SGM). La Operación Andrés fue la primera fase.

La unidad duplicó con éxito el papel telado utilizado por los británicos. Produjo bloques de grabado casi idénticos y dedujo el algoritmo empleado para crear el código de serie alfanumérico en cada billete. La unidad fue clausurada en 1942 y reanudada en 1943, cambiando de objetivo ahora, siendo esta vez la falsificación de billetes para financiar las operaciones de inteligencia alemanas.

No solo había cambiado el objetivo, sino también el nombre y el personal, el cual eran soldados la primera vez. Esta vez ya no se trataba de gente que podía renunciar, sino de personas que ya no tenían otra opción para vivir, así es, se utilizó a prisioneros judíos de los campos de concentración para esta estratagema. Pero no judíos cualquiera, sino más bien, judíos especializados en la falsificación de billetes alemanes para la estafa. Ahora el nombre de la operación era Operación Bernhard, por el oficial Bernhard Krüger.

Operación Bernhard

Entonces eran tiempos distintos, no había máquinas del tipo que existen hoy en día para corroborar si un billete es falso o auténtico, sin embargo, el trabajo realizado fue excepcional, llegando a producir, entre 1943 y 1945, entre 135 y 300 millones de libras esterlinas, según estimaciones, cinco veces más de lo que había en el Reino Unido en ese entonces.

El trabajo fue tal, que hacia el final, en 1945, habían perfeccionado tanto el método de duplicado, que estaban comenzando a falsificar dólares estadounidenses, aunque el papel y los números de serie se estaban analizando.

El dinero falso de la operación era blanqueado con el intercambio de dinero y otros activos. Este dinero se usó para pagar al agente turco Elyesa Bazna, cuyo nombre en código era «Cicero», por su trabajo en la obtención de secretos británicos del embajador del Reino Unido en Ankara. Además de que, unas cien mil libras esterlinas fueron utilizadas para conseguir información que ayudó a liberar al Duce Benito Mussolini en la Operación Roble, en septiembre de 1943.

Para principios de 1945, y debido a una interpretación demasiado precisa de una orden alemana, los prisioneros no fueron ejecutados a su llegada al campo de concentración de Mauthausen-Gusen en Austria. Al finalizar la guerra, fueron liberados por el Ejército de los Estados Unidos.

Gran parte del trabajo realizado en la operación, fue vertido en los lagos Toplitz y Grundlsee al final de la guerra, pero entró lo suficiente en circulación general, que el Banco de Inglaterra dejó de lanzar nuevos billetes y emitió un nuevo diseño después de la guerra.

Contexto Fílmico

Los hechos narrados anteriormente, fueron dramatizados en una película estrenada en 2007 llamada Los Falsificadores. La cual, con base en lo que hacían, fue nombrada de esa manera.

Debo decir que, cuando investigaba sobre las películas para añadir al reto, y me encontré con esta, por un momento pensé que se trataba sobre una historia al estilo de «Oceans Eleven», pero durante la SGM, y es que todo pintaba a eso. Desde su descripción hasta su portada, su nombre y algunos de los clips que miraba en Internet, por un momento me pregunté si esta película dramatizaba uno de tantos eventos ocurridos durante la contienda, y solo fue cuando la vi, que me di cuenta de que era real, muy real. Era una extraña anécdota de la guerra.

Y no es que esté siendo dramático, aunque el tono de lo que escribo parezca tener esa intención, no. Estoy siendo sincero. Como en todas las reseñas que he escrito, u opiniones o ensayos que he hecho, suelo hablar un poco de lo que va la película, o en todo caso, hago referencias a la historia de base, a la realidad, pero este caso me parece muy especial.

Y es que, lo que a simple vista parece una historia más de la guerra, también es una historia atemporal. Sí, lo sé, sucede en un marco histórico muy recordado, pero, ¿Cuántas veces un grupo de personas tuvieron que salvar sus propias vidas a costa de un trabajo que no les garantizaba que podrían vivir? No, no lo puedo decir de otra manera, porque así va la cosa.

Ya leyeron la parte historia, la cual solo data el hecho importante, pero no les cuentan lo que pasaron esas personas, lo que sucedía con los judíos prisioneros una vez los obligaron a formar parte de esa operación. La historia tiene como motor principal a Salomon, un judío que falsifica billetes y el cual es, según dicen, el mejor de toda Europa. Con eso, el guionista y el director te enganchan con un dato increíble y te hacen preguntarte qué viene después, y lo que viene después es un arresto por parte de la GESTAPO, y luego el encierro.

Y es aquí en donde las cosas toman un curso enrevesado. Estamos en la SGM, vamos detrás de Salomon, es judío, uno con una habilidad interesante, pero es prisionero en un campo de concentración, sus días están contados, o eso parece hasta que le presentan la «oportunidad» de formar parte de una operación que cambiará el rumbo de la guerra en favor de los alemanes, y le dará más vida. Lo he escrito así porque se lo presentan de esa manera. Los nazis van primero, vaya ironía.

La película entonces juega con eso, con la ironía, con la vida del protagonista y con la historia. Te presenta algo como una película de bandidos, pero en medio de un hecho histórico, algo que de verdad pasó, y te lo cuenta de forma que parezca fantástico, aunque de fantástico no tenga nada, más cuando te muestran la crueldad a la que se ata la historia, recuerden, estamos dentro de un campo de concentración, veremos cosas que no pensábamos ver, y dolerá, será difícil, pero tendremos que seguir porque queremos salir de ahí, queremos que Salomon salga de ahí.

No contaré más porque dejaré que ustedes lo vivan.

Palabras Finales

Como dice el título, es una extraña anécdota de la guerra. Mientras más leo, más me doy cuenta de cosas que jamás pensé que ocurrirían, como esto de que los alemanes falsificaran billetes ingleses para obtener mayor financiamiento, aunque supongo que era algo que se veía venir, bueno, se vio venir hace casi 75 años.

¿La recomiendo? Sí, ¿Es una buena película sobre la guerra? Sí, sus colores deprimen un poco, pero son colores que reflejan la humanidad, no es la gran estafa, son judíos intentando sobrevivir, no tiene porque tener colores que den alegría, porque nos están contando una historia triste, pero con un elemento interesante, las historias tristes no tienen porque tener solo cosas negativas, es cuestión de jugar con ello, sin embargo, en este caso, los elementos se conjugaron para contarnos esta anécdota, una anécdota extraña sobre la guerra.

Puntuación: 8.5/10

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