¡Buen día, gente! Espero estén pasando una semana fonumenal (Sí, es mi manera de decir «fenomenal»), dentro de lo que la cuarentena nos permite, o como suele decir el vago de la esquina cuando algo le parece muy bien: «Dios salve La Reina».
Y ya que tocamos el tema de La Reina, me gustaría centrarme en otro de los artículos referentes al #MoviesWorldWarChallenge, el de la película número 4: Código Enigma, o como se le conoce en los países anglosajones: The Imitation Game.
Para los nuevos, esta no es más que la opinión de una persona que solo disfruta el cine, no soy quién para decir que una película es buena o mala y que se acepte como tal, ustedes deciden sus gustos, y en base a eso, me gustaría que expresaran en la caja de comentarios lo que piensan, al igual que los que ya me siguen, a pesar de tener poco tiempo aquí.
Y ya que el tiempo es oro, el de todos, y tomando en cuenta que esta historia tiene mucho que ver con el tiempo; comencemos.
Marco Histórico y Político
1 de septiembre de 1939. Alemania le había declarado la guerra a Europa luego de invadir Polonia, inmediatamente, Reino Unido y Francia le dieron dos días para retirarse. Una vez que la fecha límite pasó, el 3 de septiembre, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, le declararon la guerra a Alemania, seguidos rápidamente por Francia, Sudáfrica y Canadá.
En un principio, los franceses fueron los primeros en actuar, avanzando lentamente hacia el frente, haciendo una ofensiva de «demostración» en el Sarre, que pronto abandonaron, mientras que los británicos no pudieron hacer ninguna acción directa en apoyo de los polacos en el tiempo disponible. El 8 de septiembre los alemanes alcanzarían Varsovia (véase El Pianista), comenzando el asedio que duró hasta el 22 de ese mes.
El 17 de ese mes fatídico, la URSS invadiría Polonia desde el este, convirtiendo en el terreno y las defensas en un caos. Tras la conquista de Polonia, Alemania y la URSS se tomaron una pausa para reagruparse durante el invierno de 1939-1940, mientras los británicos y franceses se mantenían a la defensiva. A este periodo se le llamó «La Guerra de Broma», terminando esta el 10 de mayo de 1940.
Para entonces, La Fuerza Expedicionaria Británica y el Ejército Francés avanzaron hacia Bélgica y planeaban hacer una guerra móvil en el norte. Los planes aliados fueron desbaratados inmediatamente por el más clásico e importante ejemplo en la historia de la Blitzkrieg.
Durante este tiempo, una serie de errores precipitarían a las fuerzas aliadas a quedar atrapadas en Dunkerque, de la que fueron evacuados 300,000 soldados en la Operación Dínamo. Este evento llevaría a una serie de errores en ambos bandos que girarían el curso de la guerra hacia un lugar imprevisto, curso que, tal vez, Turing y un grupo de matemáticos sí previeron.
Bajo la mesa
Un día después de la declaración de guerra de Gran Bretaña, Alan Turing fue convocado en Bletchley Park, donde se encontraba el Servicio Británico de Descifrado. Las nueve mil personas que se hallaban ahí, se dedicaron a intentar interpretar las comunicaciones alemanas cifradas en código morse.
El cifrado lo hacían a través de una máquina de sistema rotatorio llamada Enigma. Inventada en 1918 por Arthur Scherbius, era similar a una máquina de escribir, en la cual cada vez que una letra era pulsada, era sustituida por otra mediante el uso de tres rotores internos, cuyo resultado era más de diez mil billones de configuraciones distintas. Debido a su uso portátil, los operadores podían hallarse incluso dentro de un submarino, y como cada cual tenía las instrucciones de cómo debían colocarse los rotores, los cuales cambiaban cada pocos días; era difícil seguir el rastro de los mensajes encriptados.
El equipo de Turing, a través de ecuaciones y cálculos, encontraron pautas en los mensajes con lo que pudieron detectar una pequeña parte de su funcionamiento. Sin embargo, todavía no podían descrifrarlos. Fue entonces cuando Turing se preguntó:
¿Y si para luchar contra una máquina como Enigma, hiciese falta otra máquina?
Fue a raíz de esta pregunta que hizo que Turing pusiera en práctica sus teorías, diseñando la máquina Bombe, la cual buscaba la configuración de los rotores de la máquina alemana, implementando una cadena de deducciones lógicas para cada combinación posible. Gracias a las mejoras del matemático Gordon Welchman, el 14 de marzo de 1940, el primer prototipo estaba terminado. Al cabo de un tiempo disponían de más de 200 Bombes.
Los trabajos del Servicio Británico Descifrado, bajo el mano de Turing, ayudaron en gran medida a acortar la guerra dos años, según afirmación de algunos historiadores, salvando alrededor de 14 millones de vidas.
Su trabajo investigativo sobre las computadoras, sirvió para desarrollar muchas de las que actualmente conocemos, incluso, sus teorías sobre la inteligencia de estas, son de gran ayuda a la hora de desarrollar inteligencias artificiales.
Marco Fílmico
The Imitation Game o El Juego de la Imitación, o como se le conoce aquí en América Latina, Código Enigma, es un biopic bélico basado en los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, con la figura de Alan Turing como motor de la misma. Contando aspectos de su vida, como la atracción que tuvo hacia las matemáticas y la cripografía, así como sus aportes a la informática, pasando por sus orientaciones sexuales y lo que fue de su vida gracias a eso.
La cinta se centra en al menos un periodo de cuarenta años en la vida de Turing, desde que era un joven adolescente en donde conoció a Christopher Morcom, su primer amor, hasta el momento en donde eligió como sentencia la castración química, un tratamiento hormonal para «arreglar» su orientación sexual, y unas menciones de sus aportes al mundo y de cómo ganaron la guerra descifrando a Enigma.
La película se toma algunas licencias creativas, las que fueron fuente de controversia en su momento, debido a que no mostraron las cosas tal cual eran, sin embargo, hasta cierto punto, tratan de ser lo más cercanos a la realidad posible.
Impresiones
Sobre la película
Trataremos de ser objetivos.
En un contexto general, la película resulta exuberante y bella por su manera de narrar los hechos, que si bien no son exactos o precisos, logran generar suspenso en el espectador, así como tensión, la cual es reflejada gracias a la actuación de Cumberbatch, quien, como Turing, hace un trabajo impecable.
No se detiene en banalidades, trata de ir al grano y mostrarte la carrera a contrarreloj que Turing y los suyos tuvieron que afrontar para descifrar una máquina que parecía indescifrable. Y creo que su aporte no se queda ahí, porque te mantiene al tanto de lo que estaba pasando mientras ellos se enfrascaban en esa tarea, y es que, al lado del periodo bélico, meten lo que sucedió con Alan después de este, como diciéndote que hay cosas que debía afrontar, y eso era el juicio por su orientación sexual.
La banda sonora me parece a la altura de los acontecimientos, especialmente en los momentos en donde aparece la máquina Bombe, o Christopher, como Turing decidió llamarla; o esos momentos en donde su mente, y la mente de los demás, se echa a volar y cuestionan y calculan e intentan detener todo lo que está pasando. La música logra transmitir, con unas cuantas notas, que todo aquello es importante, y que entre menos tiempo se estén en resolverlo, mejor será para todos.
¿Qué si hay algo malo? Quizás la inexactitud para algunos detalles, como la actitud y personalidad de Turing. El trabajo de Cumberbatch es excelente, pero Turing no era así, según los biógrafos, más bien era una persona amable, alguien con quien se podía trabar amistad y siempre trataba de tener una buena relación con sus compañeros. O la relación que tuvo con Joan (Keira Knightley), la cual, según el sobrino de Turing, fue romantizada en comparación con la vida real.
Quizás el mayor defecto que tiene la cinta es mostrar a un Turing robótico, uno que se creyera una máquina, o un monstruo, por su orientación sexual y su capacidad con los números, cosa que Hugh Alexander tildó de inhumana; decidiendo acciones que no les correspondía, como el dejar que una flota de barcos fuera atacada para evitar que los alemanes supieran que habían descifrado a Enigma. Ni Turing ni sus compañeros tenían ese poder, ellos solo eran criptoanalistas.
La película es muy buena, recomendable, pero nuestra reseña no acaba aquí.
Sobre la guerra y el futuro
Lejos de contarnos todo sobre Turing, pienso que la cinta trata de contarnos algo más, y eso es La Guerra de la Información.
«Si te conoces a ti mismo y conoces a tu enemigo, no necesitas temer al resultado de un centenar de batallas. Si te conoces a ti mismo pero no conoces a tu enemigo, por cada victoria que ganes sufrirás también una derrota. Si no te conoces ni a ti mismo ni a tu enemigo, sucumbirás en cada batalla.»
—Sun Tzu, El Arte de la Guerra
Según Internet, la guerra de la información consiste en el uso y manejo de la información con el objetivo de conseguir una ventaja competitiva sobre un oponente.
En Código Enigma vemos claramente la necesidad de saber qué hará el oponente, en este caso, los alemanes, estar un paso adelante, no, dos pasos adelante, tener su información y usarla en su contra, jugar sucio y pasar información falsa para que ellos caigan en la trampa, moverse entre líneas, entre redes de espionaje y comunicación.
Algo que cabe resaltar, es el hecho de que los alemanes iban en serio en su objetivo de conquistar Europa, y para ello se habían preparado con todo, incluso habían desarrollado armamento y tecnología al servicio de la guerra que les hiciera ver invencibles frente al enemigo, y entre eso se hallaba el pasar información sin ser detectados, sin ser descubiertos y mucho menos descifrados, para ello existió Enigma.
El aporte no fue de ellos, la máquina ya tenía más de veinte años para cuando estalló la guerra, pero vaya que ellos le sacaron provecho. Sin descifrarla, la guerra habría terminado posiblemente alrededor de 1950, tal vez, y las muertes habrían alcanzado los cien millones. Pero nada de eso pasó porque alguien estuvo ahí para detenerlos, un hombre, un grupo de hombres, que previeron el hecho de que, para ganar la batalla, era necesario ganarles en la información, en la obtención secreta de la misma, ¿Acaso esto no les suena de algo? Estoy hablando de una guerra secreta, una guerra oculta, una guerra sin balas.
Sí, estoy hablando de un preludio de la Guerra Fría.
Quizás estoy siendo pretencioso con mi análisis, pero, ¿Y si tengo razón? Es verdad, el tratar de estar un paso adelante de tu enemigo es algo que está en nuestra humanidad desde los albores de la misma, desde que los sumerios se pelearon entre sí hace unos 4,500 años, pero esto jamás fue tan importante como lo fue para ese periodo en la post-guerra en donde un posible ataque nuclear se cernía sobre el mundo.
Qué era lo que decían, quién lo decía, cuándo, dónde, eran cuestiones del día a día en los cincuentas y sesentas, sin embargo, en ese periodo no se dispararon balas, porque era una guerra sin estas, era una guerra de la información en toda orden, pero si nos remontamos más atrás, tenemos a los alemanes y a Turing en la contienda más sangrienta del planeta, a unos intentando dominar al mundo, y al otro intentando detenerlos, como dije, sin disparar una bala.
Para él, era una una lucha a contrarreloj para detener a los alemanes, una investigación sobre las computadoras y sus distintas aplicaciones, como las inteligencias artificiales, para nosotros, significó el comienzo de la Guerra Fría y una posible Tercera Guerra Mundial, la época de la tecnología y el reconocimiento del hombre que lo previó todo, aunque, como dije, quizás sea muy pretencioso de mi parte tal cosa.
Pensamientos Finales
Quizás esta guerra no solo fue la precursora de otras guerras de enfrentamientos sangrientos, sino también la precursora de otras más intelectuales, quién sabía más que quién, qué juguetes tenían y dónde estaban dispuestos a jugar. Quizás Turing nos dijo que las cosas no estaban por terminar, que ni siquiera estábamos cerca de ello, que debíamos ver hacia adelante, cien tiros, mil, un millón, y luego actuar en base a ello.
Quiero que me disculpen si parece que no concreto alguna idea, han sido días difíciles, el trabajo es prueba de ello y lo que está sucediendo actualmente también, sin embargo, aun así, intento razonar de forma coherente y trato de unir mis ideas para exponerlas de manera formal.
Alan Turing fue un genio, desarrolló teorías sobre la inteligencia artificial, esa que parece el pan nuestro de cada día, incluso, un test reconocido lleva su nombre, sirve para saber si las respuestas de una máquina son indistinguibles de las de un ser humano y poder así, llamarlas inteligencias artificiales.
Influyó en el desarrollo de la informática, cibernética y la biología matemática. Su único delito fue «La indecencia grave y perversión sexual» (Homosexualidad), la cual le valió para quitarle el crédito de todos sus aportes a la tecnología y al servicio del Reino Unido para ganar la guerra, mismos que después le fueron dados cuando La Reina emitió un indulto exonerándolo de sus cargos, convirtiéndolo en una de las figuras más importantes del siglo XX, una que ayudó a ganar la guerra contra Las Potencias del Eje, sin disparar una bala, de ahí a que el mismo dijera que era agnóstico en cuanto a la violencia.
La vida de Turing es, a todas luces, una vida de reflexión, por donde quiera vérsela, es, como dijo Christopher, su primer amor, la demostración de que a veces, son las personas de quienes nadie imagina nada, quienes hacen las cosas que nadie puede imaginar.
Este es mi tributo a una figura importante de la guerra. Y nosotros no le habríamos dado el crédito de no haber sido por el indulto que La Reina Isabel II le dio en el 2013.
Un pequeño estiramiento y ya está.
Como dije, es una película recomendable en toda regla, completamente bella, pero para entender todo su contexto, es necesario saber las cosas que se hallaron detrás de la época en la que está ambientada.
Me despido con un «Hasta luego», y como dijo el vago de la esquina, ahora habiéndole dado un contexto: «Dios salve La Reina».
Puntuación: 9.5/10