¡Feliz día, gente! Lo sé, he estado un poco perdido, han sido problemas de agenda, pero aquí estamos de vuelta. Estoy escribiendo esto un domingo a las diez de la mañana, con unas baladas en piano de fondo; ustedes lo leerán por la noche o quizás al día siguiente, y a pesar de eso, estaremos compartiendo el mismo instante a través del tiempo solo por leer estas palabras, aunque haya mucha diferencia entre cuando fueron escritas y cuando fueron entregadas.
Quiero que mantengan eso en mente, porque es algo de lo poco que hablaremos hoy, así como de una recomendación, tal como me dijo el vago de la esquina: «El deber de los escritores no es conservar el lenguaje, sino abrirle camino en la historia.»
No olviden dar me gusta y compartir. Comenten en la caja de comentarios lo que esto les ha parecido. Una vez dejando en claro eso, vamos a ello.
Crónica…
Concepto
Denominación de un género literario incluido en la historiografía, que consiste en la recopilación de hechos históricos narrados en orden cronológico. La palabra viene del latín cronica, que a su vez se deriva del griego cronos, es decir, «tiempo».
En la crónica se utiliza un lenguaje sencillo, directo, muy personal y admite un lenguaje literario con uso reiterativo de adjetivos para hacer énfasis en las descripciones. Emplea verbos de acción y presenta referencias de espacio y tiempo. La crónica lleva cierto distanciamiento temporal a lo que se le llama escritos históricos.
Las crónicas son también un género periodístico. Se las clasifica como «amarillas» o «blancas» según su contenido. Las amarillas tienen material más subjetivo y generalmente la voz autorizada es una persona o ciudadano común. Las blancas son un caso contrario, son objetivas y la voz es autorizada por un profesional, la autoridad, etcétera.
Gabriel García Márquez
No es de extrañar que Gabriel García Márquez fuera un gran escritor, influencia de muchos, incluyéndome, y un gran narrador que inmortalizaría latinoamérica en sus obras. Nobel de literatura, dedicó su vida a escribir, a escribir sin cesar hasta explicarse a sí mismo de esa manera las cosas que no comprendía, dejando muchas historias memorables a su paso.
Se valía siempre de su percepción, de la memoria, del amor, de las emociones y de la cultura para contar sus historias, a veces usando un tono muy personal y a veces usando un tono muy alejado de sus personajes, mostrándolos como personas que viven sus delirios y sus demonios sin dejarse contagiar por ellos.
En su larga carrera como persona dedicada a las letras, siempre destacó por contar algo diferente, por contar historias personales más que solo historias que nacían en su cabeza, recalcando eso cada vez que podía, y muchas de sus obras lo dejarían en claro con el tiempo.
Sin embargo, cabe mencionar que a la par, o mejor dicho, antes de ser escritor, Márquez fue periodista. Trabajó para El Universal y El Heraldo, periódicos famosos en Colombia. Y tiempo después, por situaciones sucedidas en su infancia y desavenencias de su trabajo como periodista, se convertiría en escritor, algo que agradecemos enormemente.
Conexión
Pero, llegados a este punto, ¿Qué tienen que ver lo uno con lo otro? Quizás la pregunta más acertada sería: ¿Qué obtienes cuando mezclas una historia real horrorosa con un escritor, cuyos inicios fueron el periodismo, solo siente la paz y comprende la vida cuando la escribe?
La respuesta es: Crónica de una muerte anunciada.
Lo sé, hay muchas historias suyas pueden tener el mismo formato que Crónica de una muerte anunciada, como Noticia de un secuestro, pero, y podemos debatir sobre ello, pienso que en Crónica de una muerte anunciada se deja ver mejor el enfoque periodístico que Márquez adquirió cuando fue reportero. Sí, Noticia de un secuestro hace un uso extensivo de la investigación y la narración, pero, no tiene el toque personal que embarga a la otra.
Y es que, desde el vamos, Crónica de una muerte anunciada es eso, una crónica, de ahí a que comenzara este artículo hablando de sus conceptos, para que pudiéramos entender de qué iba todo esto. Y vaya que Márquez hizo un trabajo magnífico a la hora de escribir esta historia, tanto que es una de mis favoritas, y la razón de que estemos aquí esta vez.
De Una Muerte Anunciada
«El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.»
—Comienzo de Crónica de una muerte anunciada.
De la obra
En los tiempos que corren, hay una palabra que se ha hecho muy famosa cada vez que sale una nueva obra, especialmente películas o vídeo juegos, los libros también se ven envueltos en esto, pero no tanto; esa palabra es «spoiler», un término en inglés que suele emplearse para nombrar al texto que anticipa a la trama. De este modo, siempre que hablamos de spoilers, hablamos de las oportunidades perdidas de sorprendernos al ver o leer la obra en cuestión. Algo que sí podría suceder si no se contase con dicha información.
Es una información relevante que anticipa el final de la obra, es acerca del desarrollo de la misma, al punto de atentar contra el impacto que sus creadores esperaban causar en el público. Teniendo en cuenta esto, podríamos decir que Crónica de una muerte anunciada hace un spoiler de sí misma al contar en su primera frase la muerte de su personaje principal, no, no en su primera frase, sino en su título.
Sin embargo, estaríamos muy equivocados si dijéramos tal cosa, porque Crónica de una muerte anunciada no es una obra que hace un spoiler de sí misma, y para entender mejor lo que digo, habría que entender el género en el que está clasificada.
Género
La novela presentó un acercamiento entre lo periodístico, desde su nombre «Crónica», lo narrativo, hasta una aproximación a la novela policial. Ya hemos hablado un poco de los dos primeros, pero habrá que tocar el tercero para entender lo que estaba diciendo anteriormente.
La novela policial es un subgénero de la narrativa novelística, nacida en 1840 en su actual estilo por la mano de Edgar Allan Poe con la creación de su investigador Auguste Dupin, y llevada a la fama por Sir Arthur Conan Doyle y su reconocido Detective Asesor: Sir Sherlock Holmes, que, por cierto, es el único personaje de ficción en recibir el título de «Sir» por la Reina Isabel II.
Bien, la novela policial trata de algo muy simple, un investigador debe resolver un crimen cometido por algo o alguien, cuando digo algo, no tiene que ver con cuestiones mágicas, aunque la saga Harry Potter va básicamente de eso en sus primeros seis libros, sí, es una novela policial, pero con magia. Este tipo de novelas, como muchas otras en la narrativa, se subdividen en otros géneros, o en este caso escuelas, como ser:
La Escuela Inglesa: En donde se expone el crimen y el investigador debe resolver quién lo hizo. Ejemplo de ello son las novelas en donde aparece Sherlock Holmes, estas obras estan caracterizadas por ser crímenes blandos, sin sangre, por así decirlo.
La Escuela Norteamericana: En donde la resolución del crimen es el motor para contarnos un poco sobre la sociedad y muchos de sus problemas, especialmente de la clase baja y media. Encontrar al asesino es un viaje del investigador para comprenderse a sí mismo y a sus congéneres. Ejemplos de esto serían las novelas de Raymond Chandler y su investigador privado Phillip Marlowe. Se conocen como Novela Negra, se caracteriza por ser crímenes que tienen que ver con la mafia. La sangre y la violencia predominan la obra.
La Escuela Española: Que hace de la política algo policial, como tratando de entender la sociedad, pero de las esferas más altas. A veces el crimen se lleva a cabo en el urbanismo, pero tiene como connotación la consecuencia de la política mal llevada.
La Escuela Japonesa: Esta se caracteriza por darle la vuelta a todo lo anterior dicho, y esperando que comprendan lo que diré. El crimen y el asesino no son el fin, sino cómo sucedieron las cosas. Se nos presenta siempre el crimen, la víctima y al asesino, y lo que busca es entender por qué sucedieron las cosas tal cual, y creo que de aquí bebió Márquez para escribir su crónica.
De la muerte, el destino, la casualidad… y lo que pudo haber sido.
Ese fue un gran paréntesis, pero necesario para entender. Esta novela, como dije al principio, va de contarnos los hechos, el hecho de la muerte de Santiago Nasar como algo que pudo evitarse y no se evitó, porque las personas que sabían, no lo creían, y las que no lo sabían, no pudieron hacer nada.
Llegado cierto punto, entre el segundo y el tercer capítulo, se nos muestra a los asesinos, pero lejos de terminar ahí, la historia avanza más para contarnos sus razones para matarlo. Hace una disección de los hechos mediante las voces de los mismos testigos, los pobladores y aquellos que vieron a Santiago Nasar por última vez. Se detiene a contarnos sobre Santiago desde distintos puntos de vista, haciendo que lo veamos como un personaje complejo, un hombre que merecía un castigo, pero no la muerte.
Pero la suerte estaba echada desde el principio, desde que nos dijeron que lo iban a matar y no creímos nada porque «iban» a hacerlo, como dejándonos en vilo y preguntándonos ¿Qué fue de todo eso? Poco a poco, vamos avanzando en el tiempo y vemos conjugados el honor y la deshonra, la justicia por mano propia y las mentiras como algo que movieron a los asesinos a cazar como a un animal a Santiago Nasar. Como si fuera algo que estaba destinado a ser, aunque algunas cosas hayan parecido pura casualidad.
Como esos momentos en donde algunas personas intentaron detener a los bandidos, pero se contuvieron al ver en sus rostros que no querían hacerlo, que no querían matar a Santiago, pero debía ser así por el honor y la honra de alguien cercano a ellos. O ese último instante en donde la puerta se cierra segundos antes de que lo acorralen, evitando así su huida y dándole así su muerte.
Desde el principio, la muerte se nos muestra como algo inevitable, y siempre ha sido así, es la deuda que toda la humanidad paga. Y en esta obra no iba a ser la excepción, ya que, desde su título se nos dice que es algo que predominará su historia. Una muerte que vimos y que anunciaba su llegada lenta y tranquila, pero a la cual no prestamos atención porque pensamos que no llegaría, pero ella siempre llega, como dije, es una deuda que todos pagamos.
Pero, aún así, aún con todo, lo que, para mí, predomina esta obra, es la pregunta de ¿Qué habría pasado si alguien hubiese actuado? Y es que, en un análisis más profundo, los asesinos no solo fueron esas personas, sino todos los del pueblo. Todos, en algún punto, fueron responsables de la vida de Santiago en esos últimos momentos, y es que, parafraseando a un gran pensador: «si puedes hacer algo bueno por los demás, tienes la obligación moral de hacerlo.»
Y nadie hizo nada para salvarlo, aun cuando su muerte era anunciada.
Conclusión
Es una obra que toma al tiempo y sus hechos como lo más relevantes para contarnos sobre la vida, el amor, el honor y la muerte. Es una historia que nos acerca a los personajes como si hubiésemos estado ahí, como si hubiésemos vivido esos momentos, a pesar de que hayan pasado varias décadas. Nos une con los muertos, dejándonos verlos vivos a pesar del tiempo, solo por las palabras escritas.
Márquez se basó en una historia real para contar esta historia, un hecho acontecido en Sucre, Colombia, cuando él vivía ahí y el cual vio de primera mano. Más allá de una historia, es el retrato de las personas y de su moral, lo que esta les permite ser.
¿La recomiendo? Sí, ¿Es fácil de leer? También, todas las obras de Márquez son fáciles de leer, porque su estilo narrativo es coloquial, muy común, sin palabras rebuscadas, va a lo que va, aunque en ocasiones utiliza elementos poéticos para realzar el drama de la situación, volviendo a su obra en una historia llena de prosa exquisita.
Es un buen título para leerla cuando no hay energía, o cuando se quiere apagar todo y solamente quedarse en paz. Una obra que sobrevive al tiempo y al espacio a pesar de que su autor haya muerto o sus personajes hayan muerto, dándoles vida una vez más tan solo comenzar esas primeras palabras.
Y es que, más allá de una narración cronológica de hechos, es como una pintura de un evento. Es una crónica de una muerte anunciada.
Puntuación: 10/10
Palabras Finales
Y ya está. Hemos llegado al final de esto. Espero les haya gustado y puedan comentar algo al respecto, no olviden dar me gusta y compartir con sus amigos. Estaremos aquí para otra ocasión, hablando sobre otra obra, la que ustedes quieran o la que, por cuestiones de agenda, pueda reseñar.
Me disculpo si hubo momentos en donde parecía que flaqueaba, quizás es porque me hacía falta entrenar los dedos. Pero, se ha hecho lo posible, como me dijo el vago de la esquina: «El deber de los escritores no es conservar el lenguaje, sino abrirle camino en la historia.»
Hasta luego.