Cómo se convirtieron en tiranos

Opiniones, Reseñas By Mar 27, 2022 2 Comments

Estoy de regreso, aunque no sé por cuánto tiempo. Lo que sí sé, es que con un tema muy interesante, y aunque ya lo saben por el título, creo que también les causará algo de curiosidad lo que tenga que decir al respecto de esta serie de Netflix. Así que, sin más preámbulo, comencemos.

Introducción

«Todos amamos ser gobernados…»

No sé quién dijo esa frase, tampoco en qué momento se dijo, sin embargo, a lo largo de la historia se repite y parece más una verdad absoluta que otra cosa. Nos encontraremos incluso con ella en esta serie documental sobre un tema muy peculiar: La Tiranía. Y es que, Cómo se convirtieron en tiranos no es más que un compendio de tácticas y pasos que siguieron los tiranos más grandes del mundo para llegar a ser lo que fueron.

Es un análisis a la carrera de estos seres deleznables que aterrorizaron y masacraron a sus pueblos. Estrenada en Netflix en julio del año 2021 y narrada por Peter Dinklage, es un recordatorio y una explicación de cómo un hombre cualquiera puede volverse en un tirano. Y espero tomen en cuenta bien esa frase mientras lean, y vean, algo sobre esta serie, porque ellos, los tiranos, tienen muy en cuenta la frase con la que abro este artículo: Todos amamos ser gobernados...

Lo que se encontrarán…

Uno.

Si gustan de la historia, especialmente de la parte más cruel y no solo de lo que nos llevó a la gloria, seguramente encontrarán el contenido sobre la tiranía bastante interesante. Como mencioné arriba, este es un paso por la carrera de algunas de las mentes más despreciables que ha visto la humanidad. Adolf Hitler, Sadam Huseín, Idi Amin, Iosif Stalin, Muamar Gadafi y la Familia Kim. Desde que pertenecieron al pueblo, hasta que se alzaron sobre este e intentaron, entre otras cosas, gobernar a todos y para siempre.

Lo más curioso que verán, es que la serie es presentada como si se tratara de un manual, El Manual del Tirano. Un compendio de pasos y tácticas que estos líderes siguieron en sus tiempos, para llegar al poder y mantenerse ahí, así como lo que pasaba si te salías de lo que el manual dictaba. En esto veremos algunas de las jugadas más interesantes, como implementar una ideología del terror, el control y derrocamiento de todas las instituciones que se opongan a ti en tu camino hacia el poder, el control de la verdad… así como otras no tan conocidas, como el volverte una personalidad divina que liberará a tu pueblo de la desgracia.

Dos.

El Manual del Tirano lo tiene todo, desde ejemplos de lo que sucederá si te sales del camino, como lo que le pasó a Gadafi, hasta los resultados que podrías tener si sigues todos los pasos al pie de la letra, gobernando por siempre, como lo está haciendo la familia Kim. Si te parece interesante esta manera de ver la historia, imagínate lo que descubrirás una vez te adentres en sus conocimientos.

Una situación simple que pone tu moral en tela de juicio, es que, si deseas volverte uno de esos hombres, debes seguir todos los pasos. Si las cosas se te están saliendo de las manos, optar por unas soluciones u otras. Si sientes que tu pueblo ya no cree en ti, quizás reescribir la historia haga que las cosas vayan a tu favor. El manual es tu biblia, o así lo muestra la serie, y si quieres liderar con puño de hierro, debes seguir un camino que no todos están dispuestos a seguir.

Lo que pienso de lo que vi…

Uno.

Conocer cómo un tirano se hace, es algo que no muchos muestran. Siempre se nos ha hecho creer que los tiranos nacen, sin embargo, la historia nos ha mostrado que estos se hacen. Todos nacen del pueblo, de la necesidad del mismo por salir y levantarse contra el gobierno de turno. Pero el poder corrompe, parece una regla divina, una vez que llegas ahí, las ansias de tener más se hacen más fuertes. Y estos hombres nos lo demostraron. Con algunos hay excepciones, como Sadam, que ya era un busca problemas desde joven, pero la regla es que haya una necesidad del pueblo por salir de la agonía en la que vive y haya alguien que guíe ese levantamiento.

Como si en sus interiores algo les dijera que ellos son los elegidos para hacerlo. Es más, muchos de los dictadores usaron a Dios para decir que eran enviados suyos para guiar a su pueblo a la rebelión. Stalin es el ejemplo más claro, tanto es así que, incluso después de todo lo que hizo, hay quienes todavía lo veneran. Es por ello que decir que algo está mal en sus cabezas no es el meollo del asunto, es comprender todo lo que hay detrás y a su alrededor lo que conforma lo que es un tirano. Alguien que se alza sobre los demás y los guía hacia la gloria, o a sí mismo, dejando a los demás en la miseria.

Dos.

Y es que así se crea la cuestión. A dónde quiera que veas, habrá siempre un problema en turno, alguien que esté dejando al pueblo en ruinas, y detrás se alza alguien contra esta persona, lo que no sabemos es si será como el anterior. Porque si la historia tiene sus reglas, una de las más comunes es que las dictaduras nunca se acaban, siempre hay tiempos de paz, pero son cortos, mientras el dictador de turno no se ha corrompido, pero una vez pasa el umbral…

Hitler levantó a una Alemania en deuda con toda Europa, pero sus ansias de eliminar a los judíos lo llevó a causar una guerra mundial. Sadam perdió contra sus deseos de vivir siempre en la gloria, desconfiando de todos y aterrorizando a los suyos. Idi Amin y Gadafi se dejaron llevar por sus deseos de llevar sus naciones a la posteridad y sembraron el caos con ello. Stalin, de él ya todos sabemos lo que hizo, y de la familia Kim ni hablar.

Pero las causas son casi todas las mismas. Una nación en quiebra y el deseo de una persona por sacarla de la miseria, y aquí entra lo interesante: los dictadores creen que ellos son los elegidos. Y es donde más fuerza cobra esa frase: Todos amamos ser gobernados.

Tres.

La naturaleza humana es simple. En tiempos de paz, todos llevan sus vidas normales, en tiempos difíciles, el pueblo seguirá al que tenga las agallas para alzarse contra el régimen. Por ello para los dictadores les es fácil llegar a donde quieren haciéndoles creer a las personas que ellos son la salvación. Quizás después de esto, uno ya no confíe tanto en quien prometa cambios. Stalin fue el mayor ejemplo, de todos los que vi, de lo que es capaz un hombre con tal de mantener a raya a su población.

Totalitarismo es la definición para definir su dictadura, casi como lo que dijo Luis XIV en su tiempo: El estado soy yo. Este hombre lo controló todo con la filosofía de que lo hacía por el bien de todos, aunque con la izquierda dejara morir a millones y mandara a matar a otros cientos de miles. Una desgracia total en la que vivieron los habitantes de la URSS en ese entonces. Pero él sabía jugar sus cartas, les daba lo necesario para sobrevivir y les decía que era lo ideal para mantener viva a la nación. Un ejemplo de que amamos ser gobernados.

Pero la pregunta aquí es: ¿Por qué y cómo evitarlo? Lastimosamente no hay una solución absoluta para el problema.

Conclusión

Traté de ser breve, porque quiero que ustedes creen sus opiniones al respecto. Esta es la mía. He sido un fanático de la historia y los sucesos oscuros de la misma. Los dictadores son el monstruo debajo de la cama. No puedes ver de dónde saldrá el siguiente, están esperando ahí, pacientes, armando sus planes para llegar hasta arriba. Algunos ni siquiera tienen malas intenciones, pero el poder corrompe. Es como si este también esperara por ellos.

La reflexión simple con la que cierra el programa, quizás es la mejor de todas y la que resume muy bien todo lo que acabo de decir, si es que dije algo coherente. Y es con lo que me gustaría cerrar todo esto.

Con este compendio en la mano, puedes pasar de ser un marginado sin dinero a ser un líder absoluto. Aplastar a todos tus rivales, dominar la mente y a las personas. Crear tu sociedad ideal y con ayuda del arma definitiva, gobernar por siempre. Por favor, ¿Qué te detiene? ¿Qué clase de persona podría ser un tirano? Les daré una respuesta muy deprimente: Cualquiera puede ser un tirano. ¿Listo para intentarlo?


Y de esta manera cierro el artículo del mes. Mi calificación para la serie, pues un 10/10. Siento que es magnífica y su formato de seis episodios de treinta minutos la hace todavía más fácil de digerir. No creo que sea fácil hablar de gente tan despreciable durante horas, sin embargo, es interesante ver cómo estos llegan hasta ahí. Porque, en palabras de mi profesor de historia: El que no conoce su pasado, está condenado a repetirlo. Y con los dictadores, creo que habrá que pensarlo un poquito antes de ignorar dichos hechos.

 

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