Capítulo Siete: La Batalla En El Puerto | Crónicas Siderianas

Acerca de mí, Escritos Propios By Feb 11, 2021 No Comments

Buen día, gente. Espero que la estén pasando bien, y me disculpen el haberme perdido un poco.

Bueno, estamos de regreso con otro capítulo de esta historia que he estado publicando semanalmente. No diré mucho al respecto salvo que, espero que les guste, y que compartan con sus amigos y cualquier observación, dejen su comentario para discutirlo un poco, todo dentro del respeto.

Aquí dejaré los enlaces a capítulos anteriores:

Capítulo Seis

Prólogo

De resto, que lo disfruten.


Uno a uno fue tomando las armas que Danny había llevado y se posicionaron en la cubierta de La Cierva Dorada, protegiéndose tras algunas cajas y algunas barreras.

Cristal, que hasta el momento se había mostrado como una chica alegre y tranquila, tomó el control de la nave y como una especie de capitana marítima, tomó una espada y se paró justo frente al timón.

—¡Más altas esos cañones, cucarachas inútiles! ¡Hoy es un gran día para vivir! —gritó Cristal mientras miraba como los tripulantes preparaban los cañones levantándolos unos grados más.

El muchacho que le había hablado al principio, la miró desde la cubierta y asintió.

—¡Esperen, todavía no es tiempo, y ustedes también! —les gritó a sus amigos, quienes se hallaban acompañados de los tripulantes—, aún no es tiempo, ¡Qué esperen a que piensen que no haremos nada!

Poco a poco, las criaturas aladas fueron acercándose al barco, soltando sus rugidos y chirridos, mostrándose cada vez más y más grotescos. Sus rostros eran deformados, alargados y con muchos ojos, o eso miraban desde la cubierta.

—¡Aún no!

—¡Pero ya están muy cerca! —le gritó Liz al ver muy bien a las criaturas.

—¡Solo tenemos una oportunidad!

—¡Pero casi están sobre nosotros! —le respondió Sheyla.

—Y es justo lo que quiero… —se dijo a sí misma Cristal en un susurro mientras sonreía— ¡Fuego! —gritó apuntando con su espada a las criaturas.

¡Boom, boom, boom, boom!

Los cañones bramaron su fuerza contra las criaturas, explotándolas en el aire, dejando caer a las bestias que llevaban en sus patas. Pronto, Alex, Axel, Frank, Danny, Mimí, Sheyla, Miley y Giss, se asomaron a la orilla y vieron como las bestias, parecidas a machos cabríos, con cuernos y cabezas de caballo, corrían tras las personas quienes huían despavoridas.

—¡Acabemos con esos malditos! —gritó Miley.

Uno a uno disparó contra cada una de las bestias. Algunos disparos eran certeros, la mayoría errados, pero el rebote de las balas causaba cierto daño sobre el enemigo. Quienes tenían más precisión eran Axel y Frank, habían elegido un rifle Dragunov y un M40. Cada disparo era una bestia menos.

Danny sonrió ante esto.

—Fue una buena idea haberlos traído.

Entonces, un rugido y un temblor azotaron la costa y el mar se agitó y movió al barco levemente de lado a lado, haciendo que Cristal perdiera un poco el equilibrio.

A lo lejos, en el costado de la montaña y de donde habían salido las criaturas y los tentáculos se meneaban de lado a lado como látigos, vio asomarse a una extraña criatura deforme y con varios ojos, o eso pensó ella al ver muchos puntos rojos sobre lo que parecía su cabeza.

—Ah, ¿Con qué así vamos a jugar? —le preguntó a la criatura, como si esta pudiera escucharla—, ¡Saquen a Trafalgar! —les gritó a los tripulantes.

—Pero, señorita, ¡Eso podría causar serios daños a la montaña! —le gritó el muchacho.

—¡Solo háganlo! —les gritó la chica.

El muchacho meneó levemente la cabeza, y en medio de cañonazos, disparos, desorden, gritos y caos, se paró en el centro de la cubierta de La Cierva Dorada y golpeó con fuerza.

—¡Suban a Trafalgar! —les gritó.

Y unas compuertas se abrieron hacia los lados. Lenibeth, que se hallaba cerca de ahí, se hizo a un lado al ver subir a un cañón muy grande con una cabeza de dragón en la punta.

—Tápate los oídos —le dijo el muchacho al menear con un timón el cañón y elevarlo unos grados con unas palancas.

Lo dejó en la posición perfecta de tiro, según sus ojos, miró a Cristal y la chica sonrió.

—¡Fuego! —gritó la chica.

—Perdóname, islita —dijo el muchacho cerrando sus ojos.

¡Boom!

Y luego el silencio.


El capítulo de hoy fue corto. Me disculpo por eso. Espero que lo hayan disfrutado y también espero que dejen sus comentarios abajo y que compartan con sus amigos.

La hermosa pintura que tenemos como portada es trabajo de una persona que ya conocemos, Melany Duarte. Una uruguaya talentosa que, simplemente, su trabajo; es una exquisitez.

Instagram / Mely Art

Instagram 2 / Mely Duarte

Instagram 3 / MOF

Aquí dejo los enlaces a sus páginas en Instagram. Síganla, si no lo han hecho, y compartan su trabajo, es realmente buena.

De resto, y en palabras del vago de la esquina: «La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida».

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