Capítulo Nueve: La Llegada de Los Tres | Crónicas Siderianas

Acerca de mí, Escritos Propios By Feb 27, 2021 No Comments

Buen día, amigos. Estamos de regreso.

He estado perdido un poco, distraído un poco más y atareado otro poco más. Pero aquí está nuestra ración de siempre. Gracias a los tres seguidores que siempre nos apoyan, este espacio es de ustedes. 🙂

Aquí dejo los enlaces a los capítulos anteriores:

Capítulo Ocho

Prólogo

Qué lo disfruten.


Había una luz al final del camino, este era irregular. Sus bordes eran truncados, podían notarse con la luz de fondo, misma que dejaba ver tres siluetas dirigiéndose a ella.

Sus pasos eran tranquilos, y se notaba que iban vestidas de manera elegante, o al menos culta. Parecía como si llevaran capa.

Eran tres. Tres personas, o eso se percibía, no decían nada, solo caminaban tranquilamente hacia la luz, hasta que se vieron frente a ella.

Desde ahí, podía verse el océano y algunos islotes, la costa y parte de las faldas de la montaña. Se sentía el calor, la brisa marina y el humo que se elevaba al cielo, contaminándolo todo.

Luego sus rostros. El de la derecha era un tipo de piel tostada, alto y muy fornido, llevaba un casco con cuernos grandes y curvos. Sus ojos eran blancos y podía verse la pupila diminuta al centro de estos. A la izquierda había una mujer. Su cabello era negro, lacio y largo, muy hermoso, brillante. Su rostro estaba muy cuidado y sus ojos dejaban ver una personalidad agradable, aunque también parecía alguien muy intelectual. Al centro de su cuerpo, comenzando desde su cintura, hacia arriba, la recorría una serpiente en relieve en su vestimenta, terminando la cabeza hasta el escote.

Y entonces estaba el tipo del centro. Un hombre alto, como los otros dos, atlético, de rostro serio y ojos oscuros. Sus facciones parecían de la península balcánica, quizás turcas o griegas, tal vez romanas. Tenía cierto deje de ironía en su mirada. Su vestimenta se caracterizaba, más allá de las capas que los tres tenían, por una de al menos dos metros y medio de largo, de apariencia pesada y en color plateado. En las muñequeras de sus manos podían verse el símbolo de una estrella.

—Y se fueron —preguntó el tipo de piel oscura.

—Claro que sí, Aldebarán —le contestó el tipo del centro—, en este momento quizás estén a tres o tres días y medio de su destino.

—No pudimos detenerlos —les dijo la chica.

—No era esa la intención, Alya —contestó el tipo del centro otra vez.

—¿Entonces qué hacemos, Arturo? —le preguntó Aldebarán.

—Esperar, ya hemos visto de lo que son capaces, no hay que ser impulsivos con ellos, hay que observarlos, estudiarlos, analizar sus personalidades, así como ellos hacen con nuestras amigas celestiales —le contestó Arturo.

—Debemos actuar pronto, cada vez están más cerca de su destino —le dijo Aldebarán.

—Jum, no lo creo, primero tienen que encontrar la isla, y eso no será fácil. Segundo, tienen que entrar en ella y ser protegidos por la misma, una cosa muy difícil, y tercero, deben descubrir cómo hacer las primeras dos —le dijo Alya al hombre de los cuernos.

—¿Ves? Hay que analizar la situación, amigo mío. No creo que encuentren lo que estén buscando, nuestra amiga no es fácil de encontrar, nunca lo ha sido… —les dijo Arturo.

—¿Entonces? ¿Qué hacemos? —les preguntó Aldebarán.

—Simple, dejemos que el océano se encargue, o, mejor dicho, La Criatura se haga cargo de ellos, mientras tanto, vamos a comer algo, siento que estos siglos en espera me han dado mucha hambre —les dijo Arturo, bajando por la ladera.

Aldebarán y Alya vieron al hombre apoyarse en su lanza al tiempo que avanzaba, mientras, en la costa, en las aguas, mejor dicho; una extraña sombra rodeaba a la isla.

Continuará…


Me disculpo, ha sido un capítulo corto. Han sido días ajetreados, sin embargo, al menos podemos continuar la historia, prometo que los demás tendrán más extensión.

De momento, deleiten sus ojos con esta hermosa portada y el trabajo de nuestro amigo puertorriqueño, Jobath Delgado. Dejaré abajo los enlaces, ustedes sabrán hacer el resto.

Instagram / JD2

Hasta luego, juventud y adultez, cuídense.

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