Buen día, amigos, espero que la estén pasando bien. Estamos de vuelta con otro capítulo de nuestra historia:
Crónicas Siderianas: En Busca de La Luz Del Faro
La cual pueden comenzar a leer desde el prólogo justo al dar clic aquí.
Y a quiénes han estado leyéndola desde que comenzamos, pueden repasar el capítulo anterior aquí.
Una vez dejando en claro todo eso, los dejo leer. Qué lo disfruten.
Atravesó el gran patio en bicicleta a través de uno de sus tantos senderos. Llegó a la cocina donde había huertos. La casa tenía un estilo rústico y sus paredes, dependiendo de quién las viera, eran de un color o de otro, Mel las veía de un color mostaza muy bello.
Al llegar a la sala de estar, subió las escaleras al segundo piso, donde se encontró en un salón con muchas puertas, todas ellas con nombres, en ellas alcanzó a ver el nombre de Danny y Liz Mary, así como el suyo también. Al centro y sentadas frente a una gran mesa, una junto a la otra, estaban Liz y Miley.
Ambas llevaban anteojos, Miley era la más delgada de las dos. Eran de piel clara y sus ojos parecían muy perspicaces.
—Buenas —dijo Mel sentándose en un extremo de la mesa.
—Creímos que no vendrías —le dijo Miley—, buenas.
—Bueno, no tenía ganas de ver a nadie, ya saben, es uno de esos días… —dijo la chica con cierto tono de desilusión.
—Créenos, lo sabemos —le contestó Liz. Mel suspiró.
—Y bien, ¿Qué era eso tan importante que querían decirme? Bueno, que tú querías decirnos —le dijo Mel a Liz.
Liz dio un suspiro y luego se puso de pie, caminando hacia la puerta de Danny. Tenía las manos en la espalda, manteniéndolas juntas, jugando con sus dedos. Mel vio eso y frunció el ceño.
—¿Es algo difícil de explicar? —le preguntó a Liz.
—Sí… y no —les contestó Liz.
—Explícanos cómo —le dijo Mel. Liz suspiró y se dio la vuelta.
—De acuerdo —comenzó—, la razón por la que necesitaba hablar con ustedes, aunque con Miley lo hice un poco, pero decidimos no seguir hasta que estuvieras presente; es porque hablé con Danny sobre lo que nos está pasando, estos bloqueos con nuestros talentos, estas noches sin estrellas y estas extrañas vibras en la isla, y al parecer él tiene una respuesta para eso —les dijo Liz.
Mel volvió a fruncir el ceño, miró a Miley, quien mantenía la vista fija en todas las puertas. Luego miró a Liz.
—Entonces, ¿La respuesta nos las va a dar Danny y no tú? —le preguntó Mel.
—Esa es la parte que sí —le contestó Liz.
—¿Y por qué teníamos que hablar primero contigo y no con él? ¿Qué acaso no daba lo mismo? —le preguntó Mel un tanto cuestionadora.
—Esa es la parte que no. La razón por la que tenían que hablar primero conmigo, es porque Danny me pidió que lo hiciera, porque dijo que tenía que investigar más, encontrar una coherencia en todo y luego darnos la respuesta, además de que debía convencerlas de algo.
—¿De qué? —le preguntó Miley, haciendo que Mel entendiera que ni ella sabía la razón.
—De que dijeran que sí.
—¿A qué? —le preguntó Mel ya cansada de tanto misterio y enigma.
Liz suspiró y agachó la cabeza, luego miró a ambas chicas y miró la puerta de Danny.
—A que, si todo es cierto, deberemos viajar al amanecer, todos, porque es responsabilidad de todos lo que está sucediendo por aquí. Al parecer, y por las cosas que están sucediendo afuera en el mundo, este no es un buen año para nadie, ni para Sidera Clara, y ya lo estamos viendo, pero parece que no es algo nuevo, sino algo que sucede cada cierto tiempo, y para que todo mejore, depende de nosotros, pero todos debemos decir que sí a esto —les contestó Liz tranquilamente, mirándolas.
—A ver, a ver —respondió Mel—, quiero saber si no me estoy perdiendo, ¿Me estás diciendo que lo que está pasando con Sidera Clara y esto de nuestros bloqueos con nuestros talentos, es algo que ya ha pasado antes y que solo nosotros podemos remediar? ¿Es eso?
—Sí —le contestó Liz.
—¿Por qué? —preguntó Mel alzando una ceja.
—Eso nos lo dirá Danny.
—¿Y por qué él? ¿Qué hizo esta vez? Siempre es lo mismo, como esa vez en la que toda la isla fue atacada por… es que hasta suena estúpido si lo digo.
—Zombis y monstruos de otras dimensiones —le dijo Miley alzando los hombros, Mel la miró seriamente—. Lo siento, pero no debemos hacer como si no existieron, porque son cosas que pasaron, Sidera Clara es un lugar de magia, y últimamente hasta esta está fallando…
Mel suspiró.
—¿Y por qué Danny? ¿Qué sabe Danny que nosotros no? —le preguntó Mel a Liz.
—Recuerda que es un tipo que solo pasa metido en sus libros, buscando cosas, aprendiendo cosas, sí, nosotras también lo hacemos, aprendemos cada día, pero sus conocimientos son más…
—¿Más qué? Si todo lo que sabemos nosotras tres sobre Sidera Clara, es lo mismo que todos saben.
—Pero no todos saben lo que Danny sabe, recuerda lo que ha dicho, Sidera es un lugar en donde todo tiene lugar, todo sucede y coexiste de manera que su naturaleza no es afectada por otra entidad, salvo que sus esencias estén en contra. Por esa razón tenemos dragones y perros en un mundo en donde los dragones son fantasía y los perros vagan por todo el planeta —le contestó Liz.
—Eso no responde a mí pregunta.
—¿Por qué estás actuando tan…? —Miley suspiró en esa última palabra, conteniéndose—, solo presta atención a lo que te dicen, solo escucha y luego considera si lo harás o no.
Mel miró a las dos y luego bajó la mirada.
—Ojalá fuera tan fácil —le dijo a Miley—, al menos tú tienes dos talentos, has dejado de escribir, sí, y te cuesta leer algo, pero sigues dibujando y pintando, y yo ni eso… a lo mejor solo estoy harta de intentarlo todo y no tener ni las putas ganas de hacerlo… —le respondió sin mirarla.
—Por eso debemos hablar con Danny.
—Y vuelve con Danny, ¿Qué tiene? ¿La salvación del mundo? —le contestó Mel a Liz.
—No, pero tiene algo casi parecido.
—¿Qué? —le contestó Mel a Liz.
—La respuesta más difícil de todas hasta ahora. Me habló vagamente sobre ello, pero más o menos comprendí de qué se trata, y no es que sea difícil de decirla, no, es difícil porque cuesta aceptarla como una respuesta, pero al final eso es, la respuesta que estamos buscando… —le contestó Liz alzando los hombros—. Así que, te pregunto de nuevo, a Miley no, porque ella ya respondió, pero la cuestión eres tú, después de todo, nosotros somos lo que le damos una parte de su encanto a esta isla.
Mel sonrió levemente, tan imperceptible que pareciera que no lo había hecho.
—¿Cuál era la pregunta?
—¿Vamos a salvar a Sidera Clara o no?
Mel se quedó observando a Liz, quien solo alzaba una ceja, esperando la respuesta, luego miró a Miley, quien alzó los hombros, sonriendo.
—¿Qué tenemos que perder? Creo que perdemos más haciendo nada —le dijo la chica de cabellos claros.
Mel sonrió. Luego suspiró.
—Bueno, no tenemos nada que perder, entonces vamos —les contestó—, pero, ¿Solo iremos nosotras?
Liz sonrió.
—No, iremos todos, es una reunión, llámala La Comunidad del Faro —le respondió Liz alzando los hombros.
—¿La Comunidad del Faro? Eso suena al Señor de Los Anillos —le contestó Mel alzando una ceja.
—Danny insistió en que se llamara así, ya les hablamos a todos, justo ahora están llegando.
Y poco a poco, Mel fue viendo como muchas de las puertas con nombres de personas, fueron abriéndose una a una, apareciendo personas, mismas que ella conocía, personas que vivían en Sidera Clara y con las cuales había compartido más de lo que se podía contar con los dedos de las manos. Eran las personas a las que llamaba amigos.
Mel se puso de pie y luego miró a Liz.
—¿Por qué siento que esto será como esa vez en la que Danny desapareció y tuvimos que buscarlo a través del océano? —le preguntó Mel seriamente a Liz, delante de todos sus amigos.
—Porque eso es, Mel, es una de esas veces en las que tendremos que buscar algo para detener todo esto, y eso es lo que va a contarnos Danny, pero se hace tarde y es mucho que decir, será mejor que vayamos pasando —le contestó la chica, abriendo la puerta con el nombre del muchacho.
Adentro, todo estaba oscuro, eso no le dio buenas esperanzas.
—¿Vamos? —les preguntó Liz.
Nadie respondió, Mel los miró a todos, intentando entender lo que pasaba, pero al ver que todo se estaba poniendo más y más confuso y que necesitaba respuestas, resolvió:
—Vamos —siendo la primera en pasar por la puerta, y la primera en encontrarse con algo que no esperaba.
Y eso es todo por esta semana, y quizás, la última entrada del blog este año, el cual, sin duda, es el más inolvidable para todos, aunque no lo queramos.
Sin duda disfruté hacer esto: Escribir. No tengo duda, amo hacerlo, y espero que les haya gustado lo que hasta ahora he escrito.
Aquí les dejo los enlaces de la personita que nos regaló esa hermosa portada de este capítulo.
Instagram / Cristal Azucena Guacaran
Instagram 2 / Cristal Azucena Guacaran
Vayan a dejarle su amor a sus publicaciones y a compartir su trabajo, es una chica muy talentosa, y de paso una gran diseñadora.
Y eso es todo, tal como diría el vago de la esquina: La imaginación nos llevará a menudo a mundos que nunca existieron. Pero sin ella, no podemos llegar a ninguna parte.
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo.